Ingredientes:
6 Huevos
140ml Aceite de oliva
140ml Leche entera
310gr Azúcar blanca
32gr Levadura royal
3 Sobres de gaseosas El Tigre
3gr Canela en polvo
1170gr Harina de trigo
Ralladura de un limón
Para rebozar:
100ml Anís dulce
140ml Agua
Azúcar Blanca
Canela en polvo
Resto de ingredientes:
Aceite de girasol
Preparación:
Cogemos un bol y cascamos todos los huevos, con ayuda de unas varillas los mezclamos bien, añadimos el azúcar y la leche, seguiremos mezclando hasta que se disuelva el azúcar.
Una vez tengamos el azúcar y la leche bien mezclados añadiremos el aceite, la ralladura de limón, la canela y el jugo de medio limón, volvemos a mezclarlo todo bien.
Cuando tengamos todo bien mezclado añadiremos la levadura y los sobres de gaseosa, volvemos a mezclar para que se disuelva bien.
Ya solo nos falta añadir la harína que la iremos añadiendo poco a poco sin parar de remover con las varillas, cuando la masa ya sea imposible de manejar con las varillas pasaremos a mezclarla con las manos hasta terminar toda la harina, nos tiene que quedar una masa que podamos manejar con las manos para hacer los roscos. Yo os aconsejo ir añadiendo la harina poco a poco ya que la medida de esta puede variar según el líquido que tengamos en el cuenco, el tamaño de los huevos o por diferencias en las medidas del peso.
Ya tenemos la masa lista ahora nos toca hacer los roscos, mientras hacemos los roscos pondremos una sartén al fuego, a fuego medio y pondremos aceite de girasol en abundancia para poder freír bien.
Mientras se calienta empezaremos a preparar los roscos, cogemos masa y hacemos una bola del tamaño de una pelota de pingpong o poco más, según grande cojáis la bola así os saldrá el rosco, para poder trabajar bien la masa nos pondremos un poco de harina en las manos en cada bola que preparemos.
Cuando tengamos la bola de masa del tamaño deseado y bien redondeada con ayuda de un dedo le haremos un agujero en el centro y lo abriremos un poco, lo dejaremos sobre un mantel mientras preparamos unos cuantos para empezar a freír.
A la hora de freírlos solo nos falta hacerle el centro al rosco, para ello cogemos un cuchillo y con la parte que no corta le daremos forma por todo el centro de la parte exterior apretando con él cuchillo, una vez lo tengamos marcado lo ponemos a freír y cogemos otro rosco para hacer el mismo procedimiento.
Cuando tengamos la sartén completa con los roscos le iremos dando la vuelta a todos los rosco en el mismo orden que los pusimos, una vez estén dorados los sacaremos y los pondremos sobre un papel de cocina absorbente para que pierda el exceso de aceite, os aconsejo que uno de los primeros roscos que hagáis lo partáis para quedaros segur@s de que con el color que le dais están bien hechos por el centro.
Repetiremos estos pasos hasta acabar con todos los roscos que tenemos preparados.
Una vez tengamos todos los roscos listos dejaremos que se enfríen un poco para poder rebozarlos.
Para rebozarlos tentemos que preparar dos cosas, la primera será el líquido para poder empaparlos un poco, para ello pondremos en un bol un buen chorreón de anís, el agua y una cucharadita de café de canela, mezclamos bien y reservamos, la segunda cosa que tenemos que preparar será el rebozado, para ello pondremos en un plato azúcar junto con canela, este lo iremos preparando en pequeñas cantidades ya que al poner el rosco húmedo hará que el azúcar se humedezca y cueste pegarle el azúcar. Este rebozado es opcional, yo siempre lo he preparado así porque fue el que aprendí de mi madre, si no lo usáis cuando estén todavía calientes solo rebozarlos con el azúcar y la canela.
Ya tenemos todo listo ahora cogemos un rosco lo introducimos en el bol con el líquido y después lo de pondremos sobre el azúcar le damos vueltas por todas partes y con ayuda de las manos le ponemos un poco por el centro y lo colocamos en una bandeja.
Listos para comer.
¡Buen provecho!
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