De las más típicas son las madrileñas por San Isidro, festividad que se celebra el 15 de Mayo. En esa fecha los comercios de dulces ponen a la venta distintas variedades:
Rosquillas Tontas: son las más antiguas y no llevan ningún acabado, de ahí su nombre por ser las más simples. Tradicionalmente se hacían con excedentes de masa de pan. Suelen llevar anís.
Rosquillas Listas: llevan una capa de azúcar glass que puede ser de varios colores.
Rosquillas de Santa Clara: se acaban con un merengue seco.
Rosquillas “francesas”: se acaban con un rebozado de almendra picada.
Otras variedades de la península:
Rosquillas ciegas, no se les hace agujero. Son típicas de Saldaña (Castilla y León).
Rosquillas de la cordillera cantábrica: se conservaban en invierno en recipientes enterrados en la nieve de las montañas.
La receta de Rosquillas que he hecho la he basado en una receta de Lores (La Pernía, Castilla y León). No es clavada a la receta pues la original tenía huevos de gallinas de corral privado, “harina de panadería” y carecía de anís.
Los Ingredientes:
3 huevos.
La cáscara de una naranja y de un limón.
Un chorro de anís.
9 cucharadas soperas de aceite de oliva vírgen extra.
250 gr de harina, y 100 más reservados para amasar sobre la mesa.
Un sobre de levadura.
3 cucharadas soperas de azúcar.
La receta:
Se separan las claras de las yemas, se dispone de un perol (bol grande) metálico para poder montarlas con una varilla.
Primero se montan las claras con las cáscaras del limón y la naranja, después de añadir el chorro de anís y las yemas y seguir montando y mezclando bien se retiran las cáscaras (ya sé que es complicado pero así es esta receta de doña Herminia de Lores).
Agrega las 9 cucharadas soperas de aceite de oliva vírgen extra, las 3 cucharadas de azúcar y sigue removiendo.
Para acabar tamiza 250 gr de harina floja (la que no es “de fuerza”) o harina de repostería, junto a un sobre de levadura química y mezcla hasta que no te quede otra que amasar sobre una mesa añadiendo harina para que la masa no se pegue, y una vez consigas que no se pegue haz porciones (con estas cantidades pueden salirte entre 12 y 16 porciones). Estíralas como si fueran un rulo de plastilina sobre la mesa y cierralas con un pellizco (apretando las puntas).
Calienta una sartén o cazo con aceite de oliva y fríe las rosquillas hasta que se doren, dándoles la vuelta con unas pinzas. Sácalas a un plato con papel secante o bañalas en azúcar, azúcar glass o lo que más te guste.
Espero que te hayan gustado, el tema musical elegido para esta receta es del noruego Edvard Grieg – In the hall of the mountain king. Que disfrutes del vídeo y ya sabes: sólo comida y música en alta definición. Si te gusta compártelo y suscríbete a mi canal y así esta web y su contenido seguirán creciendo.