Y festejando el Día H, otra receta de esas fáciles, fáciles y que pueden haceros quedar como los mejores cocinillas/reposteros del mundo mundial.
¿De quien es la receta?
¿De quien va a ser?
¡Pues claro!, de la Meiga del Norte. Por lo tanto, riKa, riKa, sin duda.
¡A por ella, Harinosos!
Ingredientes:
250 gr. de harina
150 gr. de azúcar
1 cucharadita de impulsor (8 gr)
1/2 cucharadita de nuez moscada
1/4 cucharadita de canela
1 cucharadita de sal
150 ml. de buttermilk
2 huevos
2 cucharadas de aceite de oliva, suave
100 gr. de azúcar
2 cucharadas de canela
* Molde para rosquillas
Precalentamos el horno a 180º.
Engrasamos con un poco de aceite en un papel de cocina, un molde para rosquillas y reservamos.
Si no encontráis el molde, podéis hacerlos en cápsulas para magdalenas. Cambiáis lo de rosquillas por "bollitos" y resuelto.
Añadimos la harina, el azúcar, el polvo para hornear, la nuez moscada, la canela y la sal en un bol grande y batimos hasta que estén bien mezclados.
En otro recipiente aparte, añadimos el buttermilk (puedes hacerlo casero), los huevos y el aceite, batiendo juntos con un tenedor.
Poco a poco vamos mezclando los ingredientes húmedos con los ingredientes secos.
Puedes utilizar una espátula, hasta que la harina desaparezca en la mezcla.
No te "pases" mezclando, ya que esto hará que las rosquillas salgan duras y secas.
Utilizando una manga pastelera, ponemos una pequeña cantidad de la mezcla en cada una de las cavidades del molde. Sin llenar demasiado, ya que la masa crece bastante.
Horneamos las rosquillas durante unos 7-9 minutos.
Tan pronto como se doren ligeramente en la parte superior, retiramos del horno y desmoldamos.
Mezclamos el azúcar restante con la canela en un bol y pasamos las rosquillas por la mezcla, hasta que queden bien cubiertos.
Dejamos que se terminen de enfriar sobre una rejilla.