INGREDIENTES:
500 gr de harina floja de repostería (yo tuve que añadir un poquito más).
4 huevos
50 ml de leche entera
2 sobres dobles de gasificantes El Tigre (6 g x 2= 12 g)
La ralladura de un limón y una naranja.
6 cucharadas de azúcar (unos 150 gr)
6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1/2 chupito de anís (20 ml) y otro 1/2 de orujo o aguardiente gallego
Aceite de girasol u oliva muy suave para freír las rosquillas (1 litro aproximadamente) y 1 trozo de corteza de limón (parte amarilla)
ELABORACIÓN TRADICIONAL:
Lavamos y rallamos la naranja y el limón, sin llegar a la parte blanca, sólo de manera superficial.
Batimos los huevos con el azúcar hasta que espumeen, que se monten un poco. Añadimos la leche, el aroma de anís o anís seco, el aguardiente y las ralladuras de los cítricos. Volvemos a batir todo muy bien hasta que quede integrado.
Unimos las gaseosillas El Tigre (polvo de hornear) con la harina de repostería (no hace falta tamizar). La vamos añadiendo poco a poco a la mezcla anterior hasta conseguir una masa que se pega pero manejable.
Podemos untarnos las manos con aceite para manejar mejor la masa, pero sólo un poco. Tampoco queremos añadir más aceite del necesario a la masa.
Preparamos una bola con la masa y la envolvemos en plástico film transparente. Dejamos que repose en la nevera un par de horas.
Pasado el tiempo de reposo de la masa, ponemos al fuego una sartén con abundante aceite de girasol. En ella vamos a hacer la fritura, serán nuestras famosas rosquillas.
Un truco para aromatizar el aceite es freír dos tiras largas de cáscara de limón (sin nada de blanco de la fruta, sólo la piel) en el aceite a baja temperatura. Las dejamos en el aceite durante 10 minutos a temperatura baja, 2 sobre 10 puntos de temperatura de la inducción es suficiente.
Pasamos a lo más divertido de la receta, hacer las rosquillas. Untamos de aceite de oliva virgen extra la encimera y las manos.
Hacemos unas bolitas del tamaño de una pelota de golf, más o menos todas iguales, salen unas 30 bolitas. Esta es la forma más fácil pues solo tendremos que abrir un agujero en el centro ayudados de los dedos. De esta forma conseguiréis que queden todas iguales y muy esponjosas.
Si las queréis más crujientes podéis hacer churritos de masa más finos como si fuese plastilina y unirlas por los extremos. Os dejo a vuestra elección la forma que más os guste.
Sacamos las cáscaras de limón del aceite de girasol. Freímos las rosquillas teniendo mucho cuidado de que no se quemen. Es importante pues después de todo el trabajo no queremos que se nos pasen o se queden crudas por dentro. El aceite que tenemos en la sartén lo ponemos a fuego medio sin que llegue a humear.
Freímos en tandas de no más de 6 rosquillas, para que no se enfríe mucho el aceite. Tampoco os asustéis si caen al fondo, vuelven a subir, pues con la temperatura engordan un poco.
Cuando estén doraditas por ambos lados. Las colocamos sobre papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Finalmente las rebozamos con azúcar y canela.
ELABORACIÓN THERMOMIX:
Yo hice la masa en Thermomix.
Primero pulverice las cáscaras de los cítricos con el azúcar. Después puse la mariposa, eché los huevos, 4 min., 37° , vel. 3 y medio. Cuando do acabe mismo tiempo y velocidad.
A continuación, echamos la leche, el aceite, el anís y mezclamos unos segundos.
Por último echamos la harina y los gasificantes. Y mezclamos en velocidad espiga hasta que esté todo bien integrado.
Después continuamos la receta como en la receta tradicional.
Notas:
Yo freí las rosquillas en la olla GMG.