En casa nos gustan las rosquillas de todas las maneras, y cuando vi esta receta me pareció genial, sobre todo por dos razones, la primera porque son super fáciles de elaborar y la segunda porque se hornean y no se fríen, por lo que le restamos bastantes calorías y resultan muy ligeras. Son unas rosquillas que quedan muy blanditas y con un sabor intenso a natillas. Las natillas las podéis poner caseras o de las comerciales, si tenéis tiempo para hacerlas resultarán geniales, pero, en caso contrario, con las compradas también quedan estupendas.
INGREDIENTES:
150 gr. de agua
60 gr. de mantequilla
100 gr. de azúcar (en la receta original no lo lleva pero si os gustan dulces recomiendo que se lo añadáis)
Una pizca de sal
125 gr. de harina
2 huevos
250 gr. de natillas de vainilla, si las queréis poner caseras podéis usar esta receta
Azúcar glass para espolvorear
PREPARACIÓN:
En un cazo ponemos a calentar el agua junto con la mantequilla, el azúcar y la sal. Cuando comience a hervir retiramos del fuego y añadimos la harina de golpe. Ponemos de nuevo al fuego y con una cuchara de palo removemos hasta integrar todo y que la masa se despegue de las paredes.
Añadimos también los dos huevos ligeramente batidos y batimos con unas varillas para seguir mezclando. Por último añadimos las natillas. Ligamos la masa completamente y las introducimos en una manga pastelera. Con la ayuda de la manga vamos formando los roscos sobre papel vegetal. Dependiendo del tamaño os saldrán sobre 20. Por lo que los tendréis que hornear en dos tandas. Y se hornean a 180º durante unos 20 minutos o hasta que los veáis dorados. Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla, espolvoreando con azúcar glass por encima.
Bueno, pues espero que con estas rosquillas tengáis un feliz comienzo de semana.