Los saladitos son ideales para comer a cualquier hora del día para cenar, como aperitivo. Admiten relleno de todo tipo, los puedes comer fríos o calientes. La verdad que no los he probado a hacer con hojaldre casero, es una asignatura que tengo pendiente, pero con el hojaldre congelado salen buenísimos.
En esta ocasión los hice de 3 tipos, de jamón y queso, de paté de atún y de sobrasada. Como veréis, tienen una pintaza.
Ingredientes
Lámina de hojaldre.
Relleno a elegir: En este caso había 3 tipos, paté de atún, sobrasada y jamón-queso.
Semillas de sésamo.
1 huevo batido.
En primer lugar precalentar el horno a 200ºC.
Extender la masa de hojaldre sobre el papel en el que viene (sino viene con él ponerlo sobre papel de horno)
Para rellenar yo uso una manga pastelera de plástico, corto una esquina y así me resulta más fácil, pero si no tenéis en casa, con una cuchara lo podéis hacer perfectamente. En el caso del jamón y queso vamos cortando en tiras.
Una vez que tenemos nuestra primera fila rellena, doblamos la masa, de manera que el pliegue quede bien metidito hacia dentro y no se abra al hornear, no sé si me explico, es similar a cuando hacemos la cama y metemos la sábana hacia dentro ;-).
Cortamos con un cuchillo afilado de arriba y abajo. Del cilindro obtenido vamos cortando trozos de unos 6 cm.
Vamos repitiendo cada uno de estos pasos con los distintos sabores hasta terminar la lámina de hojaldre. Podéis ver todo el proceso en el montaje de abajo.
Colocamos nuestros saladitos sobre papel de hornear en la bandeja de horno, dejando espacio entre ellos para que cuando aumenten su volumen no se peguen. Pintamos con huevo batido para sellar bien y no se abran.
A cotinuación espolvoreamos sésamo:
Horneamos a 200°Cdurante 15 minutos. El tiempo es orientativo como muy bien sabéis, así que lo mejor es ir vigilando y cuando estén dorados los sacamos.
¡Qué los disfrutéis!...