En esta ocasión, os traigo una de las salsas que más me gustan, pero que no se puede comprar hecha, he encontrado alguna “bastante lograda,” pero eso son raras excepciones, el ajo en conserva, mi paladar, no lo tolera.
El all i oli, en castellano alioli, en cada zona (como el pescado) recibe nombres diferentes, ajolio en Aragón, ajoaceite en Murcia, ajiaceite o ajaceite.
Curiosamente, a pesar de la diversidad de sus denominaciones, sus ingredientes son siempre los mismos, sal, aceite de oliva y ajo.
Existen algunas variaciones, como añadirle al majado perejil, hacerlo más suave, sustituyendo el aceite de oliva, por aceite de girasol, añadiéndole zumo de limón, agregándoles un huevo crudo (en este caso se convierte en mayonesa), pero para mi gusto, me quedo con el tradicional, gusto fuerte del aceite de oliva, del ajo recién machacado y la sal.
La utilización de esta salsa, es válida tanto para pescados, verduras, carnes, arroces o pastas, especialmente es imprescindible en carnes a la brasa.
Preparación (para unas cuatro personas):
3 ajos
1 cucharadita de sal
Aceite de oliva fuerte y de calidad
Preparación:
En un mortero, se machacan bien los ajos y la sal.
Cuando se nos forma una especie de pasta blanca, vamos añadiendo aceite en forma de chorrito, con la aceitera, mientras vamos dando vueltas al palo del mortero.
Siempre se ha dar vueltas en un mismo sentido y sin que se nos encharque de aceite, para que no se nos corte.
Ha de quedar con una consistencia fuerte.
Si se nos corta hay muchos “trucos” para cuajarlo de nuevo, pero personalmente os recomiendo, sacar el all i oli cortado de mortero, empezar de nuevo (machacamos de nuevo ajo y sal) y en lugar de agregar aceite, vamos añadiendo despacito el all i oli cortado.
Paciencia, a dar vueltas al palo del mortero y a disfrutar de su espectacular sabor.
Los vagos, podéis realizar una mayonesa de ajo con la batidora.
Peláis y fileteáis los ajos.
Añadís la sal y un dedo o dedo y medio de aceite, en el vaso de la batidora por cada ajo.
Trituráis bien, añadís un huevo y dejáis reposar media hora, para que todos los ingredientes tengan la misma temperatura.
Pasada esa media hora, batís dejando la batidora reposar en el fondo y cuando veáis que comienza a cuajar, subís y bajáis la batidora, desde el fondo del vaso, hasta el borde del contenido del vaso, para que no salpique y valla cuajando todo.
Esta es una solución rápida y rica que yo utilizo muchas veces, pero nada que ver con la tradicional.