Hoy aparco esa vagueza porque el calendario marca día 10 y publicamos el reto #reposterasporeuropa. Este mes lo teníamos cerca de casa y se agradece porque con el calor da pereza hasta de hacer las maletas. Montse de No sin mi taper eligió como destino Portugal.
Lo más conocido de este país son sus famosos pastelitos de Belem. Pero indagando por la red en su repostería dí con el dulce que os traigo hoy: la sericaia.
Su origen es de la región de Elvas, muy cercana a la frontera con Badajoz. Su peculariedad es que se hornea y se sirve en una cazuelita de barro.
Y se sirve acompañado de ciruelas verdes en almíbar (que no he encontrado) a parte que supongo que sería muy empalagoso.
INGREDIENTES:
3 huevos
1 palo de canela
1 cáscara de limón
1 pizca de sal
35 gr. de harina
250 ml. de leche
125 gr. de azúcar
canela en polvo para decorar
Hervir la leche con la canela, la cáscara de limón (ojo¡ evitar la parte blanca para que no amargue) y la pizca de sal. Una vez hervida se retira la leche del fuego y se quita la cáscara de limón y la canela. Se tamiza sobre ella la harina y se bate con unas varillas.
Separar las claras de las yemas. Éstas últimas batir con el azúcar hasta que blanqueen. Reservar.Una vez hemos disuelto la harina en la leche se le agrega la yema blanqueada y volvemos a poner el cazo en el fuego y movemos de forma continua a fuego lento con unas varillas o una cuchara hasta que la mezcla se espese.
Se baten las claras a punto de nieve y la crema del paso anterior se echa sobre ella, mezclando de forma envolvente para que no bajen mucho las claras.
La mezcla obtenida se vierte con una cuchara en un plato de barro en diversas direcciones y debido a esta manera, al crecer la masa, ésta se rasgará, obteniendose la presentación típica de la sericaia.
La mezcla se cubre con abundante canela en polvo y se introduce en el horno, precalentado a unos 200ºC hasta que la sericaia se rasga, subirá mucho pero después baja. Se saca y se deja enfriar.