Cuando probéis esta sopa de cebolla, no podréis vivir sin ella, es verdaderamente riquísima, tiene un sabor magnifico, que no??? Si ha hacéis ya me lo contaréis. Es muy sencilla de elaborar, y sin ninguna complicación. Es una sopa muy famosa entre los Belgas, concretamente en la Región Flamenca o simplemente Flanders, una de las tres regiones que componen Bélgica, os explico un poco sobre esta sopa.
La región de Aalst, en el este de Flandes (Bélgica) es muy conocida desde siempre por sus cebollas. Su cultivo masivo se inició en el siglo XIX , sus habitantes son apodados ( los agricultores de cebolla). La sopa de cebolla se hizo muy famosa en Aalst como remedio infalible para la resaca (ya os veo tomando sopa de cebolla los domingos por la mañana), por eso es muy típica servirla después del Carnaval que se celebra por todo lo alto en Aalst, y que es el más famoso de Flandes.
Ingredientes para 6 personas
50 g. Mantequilla
4 Cebollas medianas
4 Dientes de ajo
1 patata mediana
45 ml. Jerez
1 l. Caldo de pollo
2 Ramas de tomillo fresco
2 hojas de laurel
Sal y pimienta negra al gusto
Unas ramitas de perejil para decorar
75 g. Queso Gruyère rallado o cantidad al gusto
Crutones de pan frito
Procedimiento
Pelamos y picamos las cebollas y los ajos, no es necesario picar muy fino, ya que luego se pasa por el túrmix. Derretimos la mantequilla en una cacerola grande, sofreímos la cebolla a fuego medio durante unos 10-15 minutos o hasta que estén caramelizadas, es importante que tomen color dorado intenso, ya que eso nos dará una sopa de color intenso. Agregamos entonces los ajos y salteamos durante 1-2 minutos más.
Pelamos la patata y la cortamos en dados muy pequeños, lo más pequeños que podamos, para que se cuezan bien y rápido. Se la añadimos a la cebolla, y mezclamos bien con una cuchara de madera. Seguidamente incorporamos el Jerez, y dejamos hervir a fuego lento durante 3-4 minutos.
A continuación agregamos el caldo de pollo, añadimos también el tomillo fresco y las hojas de laurel. Llevamos a ebullición y después bajamos el fuego. Dejamos cocer a fuego lento durante 35-40 minutos aproximadamente.
Retiramos las hierbas y las impurezas de la superficie. Pasamos el contenido a una batidora o procesador de alimentos, trituramos hasta conseguir la consistencia deseada, más ligera o más espesa. Si os gusta todavia más fina, la pasáis por un colador chino.
Sazonamos con sal y pimienta molida al gusto. Volvemos a calentar la sopa de nuevo, si fuera necesario. Servimos la sopa en tazones individuales.
Decoramos cada tazón de sopa con perejil fresco picado y agregar el queso Gruyère rallado. Servir inmediatamente con crutones de pan frito. También podemos acompañar esta sopa con unas tostadas de pan con queso gruyère fundido, y un poco de cebolla caramelizada con mantequilla, de la que hemos sofrito al principio.