Ya habíamos probado los helados con fruta natural. Los polos de fresa y nata (crema de leche) encantaron a los más pequeños de la casa. Súper nutritivos y sanos. Una forma divertida de comer la fruta para esos niños a los que les cuesta un poco más tomarla a diario.
Las moras de cosecha propia nos han dado juego. Gorditas y muy sabrosas. Además de mermelada y comerlas a puñados, nos han sobrado unas pocas para preparar este impresionante sorbete. Más refrescante que los helados cremosos porque no lleva nata (crema de leche), lo cual lo hace ideal para tomarlo de postre después de una comilona al aire libre, o.... con el calor que sigue haciendo, para comerlo a cucharadas ¡¡directamente del envase!!
Un intenso color y sabor a moras que no se camufla entre los ingredientes que hacen de este postre un colofón ideal para vestir la mesa al cierre de la comida. Y lo mejor es lo rápido que se prepara si ya tenéis las moras congeladas con anterioridad.
Ingredientes 500 gr de moras Zumo de 1 limón 2 cucharadas de azúcar invertido 100 ml de agua
Lavamos las moras y las dejamos secar bien sobre papel absorbente para que suelten el exceso de agua. Una vez secas las metemos en el congelador unas 6 horas.
Echamos las moras en el vaso de la batidora y trituramos hasta que se forme una pasta homogénea.
Añadimos el zumo de limón, al agua y el azúcar y batimos de nuevo para que se integren bien todos los ingredientes.
Echamos la mezcla en un recipiente y metemos en el congelador durante 4 horas.
Sacar unos minutos antes de servir para que se reblandezca un poco y sea más fácil servirlo.