He leído recientemente, que las habas tienen fama de provocar pesadillas si se comen por la noche. Antiguamente se pensaba que las almas de los muertos vivían dentro de las habas y por eso no dejaban dormir con tranquilidad.
Sinceramente, no sé hasta qué punto esta afirmación puede tener credibilidad, pero sin duda, a mí hay otras noticias más terrenales y menos fantasmales, ahora que se aproxima la noche de Halloween o nuestra festividad más cercana, el día de Difuntos, que no me dejan pegar ojo. Supongo que a vosotros os pasará algo parecido, y si no ¡¡¡que levanten la mano los que estén hasta Latoya (Jackson) de mangantes, vividores a costa del presupuesto, concejales mariscadores, trincantes y contrincantes de prejubilaciones no contributivas y concejales piqueteros!!!. Vaya cuadro. Dan ganas de salir corriendo e irse?. Pero como somos gente que se empeña a diario en vivir, en trabajar; gente que está emperrada en ser feliz a toda costa. Sin duda, para los que amamos la buena mesa, la tarea de enfrascarse en la cocina y ponerle ahínco para que de ella salga lo mejor de nosotros, ya sea en forma de arrolito, de tarta de queso o de un simple bocadillo de chorizo o calamares, nos deja por momentos, fuera de todo pensamiento negativo y nos volcamos en uno de los placeres más sencillos que nos podemos permitir, como es el de una buena comida casera.Casera sin duda y muy sabrosa a la par de sencilla, es la receta que os traigo hoy: unos tagliatelle con habitas frescas, su beicon y su lechuga troceada, que hacen de este plato una receta muy sana y llena de color para este Otoño tan gris.
Solo me queda desearos que os guste y buon appetito!!!
500 gr de tagliatelle
300 gr de habitas frescas
100 gr de beicon
1 cebolla
1 cogollo de lechuga
Hojitas de menta fresca
125 ml de caldo de carne
Aceite de oliva
Sal
Pimienta negra
Lavar y trocear fina la lechuga.
En una sartén honda con un poquito de aceite, rehogamos la cebolla cortada en juliana fina junto al beicon troceado.
Cuando empiece a tomar color la cebolla, añadimos la lechuga cortada y las habas. Dale unas vueltas con una cuchara para que se rehoguen bien por todos los lados.
Agregar entonces el caldo de carne y dejar que cueza a fuego vivo.
Salpimentar y añadir la menta picada.
Aparte cuece en abundante agua hirviendo con sal la pasta hasta que esté al dente. Cuendo esté lista, escurrir en un colador grande, pasarla por agua fría unos segundos, para que quede suelta y mezclar después con el sofrito de habas y cebolla, que tiene que estar bien caliente.
Para servir incorporamos un poco más de lechuga recién cortada y unas hojas enteras de menta.