Esta es la primera de las muchas recetas que espero publicar del libro, desde aquí os animo a que forme parte de vuestros imprescindibles. Espero que Bea siga siendo tan generosa, y no tenga en cuenta mi falta de destreza a la hora de cubrir la tarta.
Para ésta tarta, Bea utiliza tres moldes desmontables de 18 cm, pero yo no tenía he utilizado dos de 21 cm, y los he abierto por la mitad para cubrirlos de frosting de queso, pero si tenéis la posibilidad de hacerlo como ella, os lo recomiendo.
Ingredientes:
230 ml. Aceite de oliva de sabor suave
250 g. Azúcar
4 Huevos L
300 g. Harina
2 Cucharaditas levadura
2 Cucharaditas de bicarbonato
2 Cucharaditas de canela en polvo
1/2 Cucharadita de sal
250 g. Zanahoria rallada
100 g. Nueces en trocitos
70 g. Coco rallado
100 g. Piña deshidratada (yo no tenia y no la puse)
Frosting de queso:
500 g. Queso Philadelphia
125 g. Mantequilla
500 g. Azúcar glas tamizado (yo puse la mitad)
1 Cucharita de extracto de vainilla
Elaboración:
Precalentamos el horno a 170 º. Engrasamos con aceite tres moldes desmoldables, y cubrimos con papel de hornear en la base. Tamizamos la harina, el bicarbonato, la levadura, la canela, la sal y reservamos. Mientras en otro bol mezclamos el coco, las nueces y la piña deshidratada (yo no la puse).
Batimos los huevos y el azúcar un par de minutos, hasta que espumen y blanqueen. Añadimos el aceite y batimos solo lo justo hasta que se mezclen. Incorporamos la harina con cuidado y movemos lo justo hasta que esté integrada. Añadimos entonces la zanahoria y mezclamos unos segundos, agregamos entonces el resto de ingredientes repartiendo por toda la masa de manera uniforme.
Dividimos la masa en los tres moldes, cuidando que todos contengan la misma cantidad. Horneamos alrededor de 35 minutos o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga limpio. Sacar del horno y dejar reposar los moldes sobre una rejilla durante 15 minutos, pasado éste tiempo, desmoldar y dejar enfriar 45 minutos. Envolver individualmente en film y dejar reposar unas horas, para acentuar el sabor.
Para preparar el frosting de queso, batimos la mantequilla durante un par de minutos. Añadimos entonces el queso y el extracto de vainilla y batimos junto con la mantequilla hasta obtener una mezcla uniforme.
Incorporamos el azúcar a cucharadas hasta que esté totalmente integrada. Para el montaje de la tarta, cubrimos cada bizcocho con el frosting y decoramos a nuestro gusto, yo he puesto unas zanahorias de azúcar.