Unos tallos de ruibarbo, que por primera vez tocaba, olía y cocinaba... Mariposas en el estómago, dicen que de amor, pero en este caso de emoción. Emoción por lo desconocido, ansiedad por conocerlo. ¿Será dulce? ¿Ácido? Difícil enfrentarse a esos tallitos de ruibarbo que habían aparecido en mi cocina...
Las primeras emociones irracionales han de dejar paso a la investigación racionalizadora. Gracias Mr Google y Mr Pinterest... Tartas, muffins, compotas, mermeladas... Difícil decisión, tantas cosas deliciosas... La inspiración final llegó de mi musa: Rosilet con su Crumble de fresas, ruibarbo y maracuyá...
Por último, concentrarse y lanzarse al vacío. Los ingredientes preparados, sólo falta llevar a buen término la misión. ¿El resultado? Para mí, espectacular. Nunca jamás había probado el ruibarbo, y no sé cuándo lo volveré a catar, no es fácil de encontrar aquí tan cerca del fin de la tierra... Un gusto tirando a ácido, que se compensa a la perfección con unos fresones dulces y maduros, aunque siempre podéis aumentar un poquito la cantidad de azúcar. La masa quebrada bien crujiente, y quizás, como yo, podéis tomarla templada con una bola de helado de vainilla.
Si tenéis la oportunidad, no dejéis de probar esta tarta. Manjar de dioses. Feliz lunes.
Tarta de fresones y ruibarbo
Ingredientes:
2 tallos de ruibarbo.
75 g de azúcar.
300 g de fresones.
1 cucharadita de jengibre molido.
1/2 taza de maicena.
2 láminas de masa quebrada envasada.
helado de vainilla {para acompañar}.
Preparación:1. Lavamos bien el ruibarbo, y lo cortamos en trocitos de aproximadamente 1/2 cm de espesor. Lo ponemos en un cuenco junto con el azúcar. Lo mezclamos, tapamos y dejamos reposar durante 1 hora.
2. Una vez pase este tiempo, precalentamos el horno a 180ºC.
3. Troceamos los fresones y los añadimos al ruibarbo, así como la maicena. Mezclamos bien.
4. Forramos un molde con una de las láminas de masa quebrada. Ponemos encima la fruta.
5. Cortamos la otra lámina en tiras finas y las vamos disponiendo por encima de la fruta formando una especie de rejilla. No os preocupéis por que quede perfecto. Aunque no entrelacemos perfectamente las tiras, quedará genial, para mi gusto este aire rústico es ideal para la tarta de fresones y ruibarbo. Así que, con alegría.
6. Introducimos en el horno precalentado, entre 45 minutos y 1 hora, dependerá de vuestro horno. Podéis pinchar con suavidad el ruibarbo entre la rejilla de masa quebrada, para ver si está suave. Tiene que quedar muy blandito.
7. Servir la tarta templada, acompañada de una bola de helado de vainilla, si os gusta.