Desde que me vine aquí no lo había vuelto a ver, pero ahora ya lo podemos comprar online en la tienda de Bake-Street (gracias, gracias, gracias).
No sé explicar el sabor del ruibarbo, es ácido y me encanta (y es una pena que aquí no se cultive). Os animo a que lo probéis. Si no también podéis hacer esta tarta con otras frutas ácidas: fresas, kiwis, grosellas...Yo en ese caso simplemente las colocaría encima de la crema pastelera sin volver a hornear.
En los últimos años me he (mal-)acostumbrado a hacer solo tartas sencillísimas, de esas de echarlo todo a la Thermomix y listo. Huía de toda receta que tuviera más de dos pasos. Pero eso se acabó: mi ruibarbo merecía un poco de elaboración y me he dado cuenta de que tampoco se tarda tanto en realizar las recetas. Asusta ver mucho texto, pero te pones y cuando te quieres dar cuenta ya has acabado :-)
Así que vamos a preparar una masa sablée para la base y una crema pastelera rápida para nuestra tarta.
Ingredientes
masa sablée
200 gr de harina
140 gr de azúcar glass
160 gr de mantequilla cortada a cuadraditos, a temperatura ambiente
40 gr de almendras molidas (opcional)
2 yemas de huevo (guardaré las claras para hacer unos macarons)
1 cucharadita de vainilla en pasta (o 1 vaina de vainilla, esencia, o lo que tengáis de vainilla)
1 pizca de sal
ruibarbo
3 tallos de ruibarbo (las hojas son tóxicas)
4 cucharadas de azúcar
crema pastelera
3 huevos
375 ml de leche
75 gr de azúcar
30 gr de maicena
1 cucharadita de vainilla en pasta (o la vainilla que tengáis)
almíbar
250 ml de agua
150 gr de azúcar
unas gotas de limón
Para preparar la masa sablée mezclamos la harina, el azúcar glass, la sal y las almendras molidas hasta conseguir una mezcla uniforme. Lo hice con la Kitchenaid pero se puede hacer con otros robots o a mano. Hacemos un hueco en el centro y añadimos la mantequilla y la vainilla. Mezclamos hasta que se integren los ingredientes, añadimos las yemas de huevo y seguimos mezclando hasta que obtengamos una masa uniforme y lisa.
Tapamos la masa con film transparente y la dejamos reposar en el frigorífico durante unos 30 minutos.
Cuando la saquemos la estiramos con el rodillo. Necesitaremos un círculo que cubra el fondo y las paredes de nuestro molde. Para que no se nos pegue la masa al estirarla podemos enharinar la superficie de trabajo o ponerla entre dos trozos de papel de horno.
Engrasamos y enharinamos el molde y colocamos en él nuestra masa. Retiramos el sobrante, tapamos nuevamente con film transparente y lo dejamos reposar en el frigorífico durante otros 30 minutos.
Ahora ya podemos hornear nuestra base a 180º durante unos 20 minutos en horno precalentado.
Mientras tanto cortamos el ruibarbo en láminitas, lo mezclamos con el azúcar, lo dejamos macerar durante unos 15 minutos (si vais a utilizar otra fruta este paso no es necesario).
Ponemos los ingredientes del almíbar en un cazo y lo dejamos cocer hasta que consigamos una consistencia más densa y lo reservamos.
Preparamos la crema pastelera rápida poniendo en un cazo todos los ingredientes y mezclando con unas varillas. Cuando la mezcla quede uniforme ponemos el cazo a fuego medio y cocinamos durante unos 5 minutos sin dejar de remover hasta que veamos que la crema ha espesado (¡qué olorcito a vainilla!) y la vertemos sobre nuestra base horneada, colocamos encima el ruibarbo y volvemos a hornear durante 20 minutos a 200º.
Antes de servir pincelamos la tarta con el almíbar para darle brillo.
La tarta está buenísima no, lo siguiente :-D
P.D. : No hace falta gastar todo el almíbar. Basta con que el ruibarbo quede brillante. Yo se lo puse con "tanta alegría" que se me fue escurriendo por todas partes, jeje.
P.D. 2 : ¿Se me nota la felicidad? No he parado de sonreír mientras lo escribía. Voy a ver si en Bake-Street han vuelto a traer ruibarbo, ¡necesito más!
Fuente: Food and Cook