Hoy os traigo un caprichito de tarta. El fin de semana es cuando menos tiempo tengo para estar en la cocina y suelo hacer cosas rápidas y fáciles y así ha sido con este pastel. Además lo he hecho en un tuper forrado con papel film así que ni moldes he ensuciado. El peque se ha puesto las botas, le ha encantado y yo es que soy fan de las tartas de galletas así que en general me gustan todas. Os dejo la receta y como la crema me ha encantado creo que pronto la probare de nuevo pero con bizcocho en vez de galletas.
Ingredientes:
300g de galletas (he usado Creme Tropical de Guillon)
Un poco de leche fría para mojar las galletas
250g de queso mascarpone
200g de azúcar glas (si no la queréis demasiado dulce algo menos)
250ml de nata (crema de leche)
Dos cucharadas de pasta de frambuesas
300g de frambuesas frescas para decorar
El montaje es bien sencillo, necesitamos un recipiente (en mi caso un tuper forrado de papel film, luego desmolda perfectamente para decorar la tarta el día siguiente) y poner la nata (crema de leche) en el congelador 5min antes de empezar a montarla. Mezclamos en un bol el queso mascarpone, el azúcar glas y la pasta de frambuesas y batimos bien hasta que quede todo muy cremoso y ligero y reservamos aparte. En otro bol batimos la nata (crema de leche) muy fría y juntamos las dos cremas con la ayuda de una cuchara o lengua de cocina. Empezamos montando la tarta mojando por un par de segundos las galletas en la leche fría y hacemos capa de galletas, capa de crema y así hasta agotar los productos siempre acabando con capa de crema. Dejamos reposar una noche en la nevera y el día siguiente decoramos a gusto - en mi caso chocolate blanco en los laterales y las frambuesas frescas encima.
Si no tenéis pasta de frambuesas podéis triturar una parte de las frambuesas una vez batido el queso con el azúcar o bien usar un sirope de fresa/frambuesa o algo similar.