En verano cuando vamos a recoger moras siempre congelo alguna bolsita para este tipo de tartas, así ahora me vienen muy bien. Las moras son frutas muy delicadas y pueden estropearse por la congelación y no tener la vista de recién recogidas pero en este caso como forman parte del relleno, no importa je, je.
Esta tarta va con masa quebrada, que por supuesto se puede comprar hecha pero no es lo mismo, una buena masa casera no tiene comparación y no cuesta nada de hacer.
Es imprescindible tener los ingredientes bien fríos para que la masa quede bien, hay gente que incluso recomienda tener el bol y la harina también en la nevera pero a mí me parece un poco exagerado je, je.
Recetas de masa quebrada encontraréis mil pero yo la que utilizo es el doble de harina que de mantequilla. Si la hago salada, por ejemplo para una quiche, no le pongo huevo pero si es dulce como en este caso sí.
Los ingredientes son:
Para la masa:
250 grs. de harina.
1/2 sobre de levadura (tipo Royal).
125 grs. de mantequilla.
1 huevo.
50 grs. de azúcar glas.
Un chorrito de agua fría.
Para el relleno:
3 manzanas golden.
120 grs. de moras.
3 cucharadas de azúcar moreno.
1 cucharada de mantequilla.
1 huevo (para pintarla antes de hornear).
Lo primero que hago es pesar la mantequilla, cortarla en cubitos pequeños y meterla en el congelador unos minutos para que esté bien fría.
En un cuenco ponemos la harina, la levadura y el azúcar glas todo tamizado añadimos la mantequilla y vamos dando pellizcos para romper los cubitos de mantequilla e incorporarla a los ingredientes secos hasta que quede como una arena gruesa. En este momento añadimos el huevo y mezclamos con la mano, vamos añadiendo cucharadas de agua fría hasta poder cohesionar la masa sin amasar demasiado para que no se desarrolle el gluten pero sin que quede demasiado seca.
Hacemos una bola, la envolvemos con film de cocina y la guardamos en la nevera un par de horas.
Mientras se prepara el relleno, para ello podemos hacerlo estofando en frío las frutas, o sea se pelan las manzanas y se cortan a trocitos, se añaden las moras y se pone el azúcar por encima, se revuelve y esperamos las 2 horas que necesita la masa para enfriar.
Pero yo prefiero pelar, cortar las manzanas y en una cazuela ponemos las manzanas, el azúcar y una cucharada de mantequilla y durante unos minutos les doy unas vueltas para que se ablanden un poco. Cuando ya las tengo algo caídas se apartan del fuego, se mezclan con las moras y así me gusta más como quedan para el relleno.
Sacamos la bola de masa de la nevera y enharinamos una superficie para poder estirarla.
Al principio cuesta un poco porque la mantequilla habrá endurecido pero poco a poco va cediendo y con la ayuda de un rodillo iremos estirándola hasta dejarla de medio centímetro.
Cuando ya la tengamos lista se le pone el molde encima y se corta el círculo que necesitemos, con el resto de la masa haremos una bola y la envolveremos en el film y la guardaremos en el frigorífico para después sacar las tiras que pondremos encima.
Quitamos el exceso de harina, la pasamos a un papel de horno y la pinchamos con un tenedor.
Se coloca en el molde y se mete en el frigorífico media hora.
Encendemos el horno a 200 grados.
Colocamos otro papel de horno encima y ponemos unos garbanzos o bolitas cerámicas para hornear la masa en blanco. La metemos en el horno 20 minutos.
Cuando la saquemos del horno cogemos el papel con los garbanzos y los retiramos.
Sacamos la bola de masa de la nevera y volvemos a estirarla como antes hasta dejarla bien fina.
Cortamos unas tiras y colocamos la fruta en el molde bien repartida y colocamos 3 tiras paralelas, levantamos de una punta la del centro y ponemos una perpendicular, la bajamos y levantamos las otras dos, ponemos otra al través y bajamos las 2 que habíamos levantado, levantamos la primera y colocamos otra y así formamos el enrejado con las tiras. Apretamos las puntas de las tiras a la masa para sellarla y cortamos el sobrante.
Pintamos con huevo batido las tiras de masa y los bordes y la metemos al horno precalentado a 180 grados 30-35 minutos en la parte de abajo para que no se quemen las tiras de masa.
Esta tarta resulta deliciosa, la mezcla de las frutas con la mantequilla es buenísima.
La segunda que hice todavía salió más bonita y fue mi regalo para Maggie, a cambio recibí el mejor cumplido que me podían hacer y es que su marido dijo que era como las que hacía su madre cuando él era pequeño, cosa que me hizo muy feliz.
Se puede acompañar con un buen helado de vainilla, con nata (crema de leche) o simplemente con una taza de té.
Bye.