Es una receta de origen americano, de cocina estilo sureña que representa un modo de vida familiar, coqueto y dulce. No es difícil imaginar a la ama de casa hace unas décadas con un delantal de estilo de Jessie Steele y unas manoplas de horneado, mientras deja en la rejilla una tarta de éstas características. Es un estilo de cocina y repostería que sigue vigente y se ha convertido en un clásico en nuestros días. Tenemos otras versiones como la Tatin que, aunque con otros ingredientes, representa una tarta de fruta del revés y no sólo eso, animo a que hagáis esta versión pero con otras frutas como peras o melocotones. Está a medio camino entre un clafoutis y una tatin, es propiamente un bizcocho, pero con una esponjosidad y humedad que os enamorará.
Además pensé en esta receta para un reto de cine y gastronomía de Food Fiction Division, consistente en elaborar una receta de cocina sureña estadounidense basada en el film "Tomates Verdes Fritos" una oda a la amistad femenina en la que aparece la gastronomía como telón de fondo, que unido a la cultura dulce de este país, da como fruto postres como éste. Genuinos, grandes clásicos que nunca pasan de moda.
¡Pasemos a la receta!
Ingredientes:Para engrasar el molde:
- 30 grs. mantequilla
- 2 cdas. azúcar moreno
Para decorar:
- rodajas de piña en almíbar
- cerezas confitadas
Para la masa del bizcocho
- 130 grs. harina de repostería
- 1 cdta. levadura química
- 1/4 cdta. bicarbonato sódico
- 2 huevos
- 100 grs. mantequilla
- 100 grs. azúcar
- 3 cdas. zumo de piña
Preparación:
En primer lugar comenzamos decorando nuestro postre. Es así, ya que es una tarta del revés.
Engrasamos el molde con la mantequilla y añadimos las rodajas de piña a mitad o enteras e intercalamos las cerezas. Mientras realizamos la masa del bizcocho, podemos dejarlo reposar en la nevera.
Para el bizcocho comenzamos batiendo la mantequilla con el azúcar. Una vez obtengamos una crema, añadimos los huevos y a continuación la harina y los impulsores ya tamizados. Agregamos tanbién el zumo de piña. No batimos demasiado. Cuando obtengamos una crema homogénea la vertemos sobre nuestro molde decorado. Extendemos con una espátula y dejamos una textura homogénea que cubra bien la base.
Horneamos a 180 grados unos 30-40 minutos. Iremos vigilando que no se dore demasiado la superficie del bizcocho. Si es asi, vigilamos a las 30 minutos y ponemos un papel de aluminio que cubra nuestro pastel unos minutos más y no se dore demasiado.
Hacemos la prueba del palillo y cuando salga limpio retiramos. Dejamos enfriar en una rejilla unos 10 minutos y luego con una espátula repasamos los bordes y desmoldamos con mucho cuidado. Le damos la vuelta a nuestra tarta de piña y dejamos enfriar completamente. Lo ideal es disfrutar de ella tibia y acompañada de helado. Awesome!
No deja de traerme buenos recuerdos este pastel que horneé con mucho cariño y que me encantó compartir con mi familia. Mi madre estaba muy sorprendida pirque nunca había probado nada igual y ahora es delicioso saborearlo directamente de la nevera. Añadimos un poco de helado y es un postre o merienda perfecta.
Y tú, ¿Te animas a preparar tu propia versión? cuéntame qué te parece esta idea y si lo has probado alguna vez. Como ejemplo, te traigo la versión de melocotón de esta tarta que estoy segura que te encantará,
Espero que estéis disfrutando del verano en la medida de lo posible, a veces el trabajo se lleva mucho tiempo pero el truco está en disfrutar de los pequeños momentos que nos deja el día a día para hacer esas cosas que nos hacen sumamente felices.
Os mando un abrazo! Vuelvo lo más pronto posible.
Maribel García