Buenos días! Hoy os traigo la receta de la tarta que preparé para mi cumpleaños. La receta se la cogí prestada a mi amiga Amalia, del blog Cuadernos de Cocina. Hablando con ella, le comenté que quería preparar una carrot cake desde hacía tiempo y me recomendó ésta. Puedo prometer y prometo que es una de las tartas más ricas que he probado nunca. El bizcocho queda tan húmedo que no hace falta preparar ningún almíbar para calarlo y la crema de queso que lo acompaña está para chuparse los dedos! En casa no quedaron ni las migas así de verdad os la recomiendo, porque además, no es una tarta pesada que cueste comer.
Yo he variado un poco la receta de Amalia (pincha aquí para ver su receta). Para ello vamos a necesitar:
Para los bizcochos (he usado 3 moldes de layer cake de 15 cm de diámetro):
200 g harina
285 g azúcar moreno
150 ml AOVE
3 huevos
230 g zanahoria
140 g piña en conserva
90 g nueces picadas
1 c/p bicarbonato
1 y 1/2 c/p levadura química
1 c/p canela molida
Pizca de sal
Para la crema de queso:
150 g mantequilla sin sal a temperatura ambiente
300 g azúcar glas
150 g queso crema
Ralladura de limónComenzamos preparando los bizcochos. Mezclamos el aceite con el azúcar y cuando la mezcla sea homogénea añadimos los huevos uno a uno.
Picamos la zanahoria y la piña y lo añadimos a la mezcla anterior.
Incorporamos las nueces troceadas y a continuación la harina tamizada con la sal, la levadura, el bicarbonato y la canela.
Repartimos la masa en los moldes previamente engrasados y lo introducimos al horno precalentado a 180º durante 30-35 minutos. Una vez listos dejamos enfriar por completo sobre una rejilla, desmoldamos, envolvemos en papel film y guardamos en la nevera hasta el día siguiente.
Mientras se hornean los bizcochos preparamos la crema. Batimos la mantequilla hasta que coja un color blanquecino y agregamos el azúcar glas tamizada. Mezclamos poco a poco y subimos paulatinamente la velocidad. Cuando la mezcla sea homogénea agregamos el queso crema (debe estar frío) y la ralladura de limón. Mezclamos todo bien y lo ponemos en una manga pastelera. Reservamos en la nevera.
Ya solo queda montar la tarta. Ponemos un bizcocho en el plato donde vayamos a servirla, cubrimos la superficie con la crema y repetimos la operación con las otras dos capas. Reservamos en la nevera hasta el momento de servir.