La repostería es una de mis debilidades, pero no siempre tengo tiempo para hacer los dulces o las tartas.
Esta tarta es fácil de hacer, no necesita horno y en 15 minutos está hecha, sólo hay que dejarla enfriar un par de horas.
INGREDIENTES:
1 l. leche
300 gr. azúcar
1 tarrina queso cremoso
2 yemas de huevo
2 sobres cuajada
agua
galletas
ELABORACIÓN:
Empezamos haciendo el caramelo.Ponemos en un cazo 100gr. de azúcar, lo vamos removiendo para que se vaya quemando homogéneamente. Cuando coja un poco de color, ¡¡con mucho cuidado!! vamos echando como 1/2 vaso de agua y no paramos de remover hasta que nos quede un caramelo espesín. Cubrimos este la base de una fuente y lo dejamos enfriar.
En otro cazo ponemos la leche con el resto del azúcar y lo dejamos hervir. Apartamos el cazo del fuego y añadimos el queso, los sobres de cuajada y las yemas de huevo. Batimos todo muy bien y volvemos a poner al fuego para que vuelva a hervir. Sin parar de remover y muy pendientes de ello, porque hervirá rápidamente.
Vertemos todo en la fuente caramelizada y cubrimos con las galletas. Cubrimos bien, por todos los lados, no importa que las tengamos que partir para tapar algún hueco, porque esta va a ser la base de la tarta y no se va a ver.
Dejamos enfriar por lo menos dos horas. En el momento de servir, volcamos la tarta en una fuente, como si fuera un flan.
CONSEJOS ÚTILES:
Como base de tarta, se puede poner cualquier cosa: galletas, bizcochos o sobaos. Con estos últimos quedará una tarta muy elegante, para una celebración especial.
Al hacer el caramelo, debemos tener mucho cuidado al echar el agua, hay que hacerlo de poco en poco, porque salta mucho y nos podemos quemar. También se puede por el azúcar y el agua a la vez en el cazo y que se vaya haciendo el caramelo, pero tardará un poco más y tendremos que estar muy pendientes de que no se nos queme.