En Alba, una pequeña pedanía ubicada en las faldas de la colina de Piamonte, Italia, nacía en 1982 la marca más internacional del Grupo Ferrero; Rocher . El impulsó que les motivó a crear esta nueva línea de producto, no fue otro que el de abrir al gran público el sofisticado placer del chocolate , un lujo que hasta entonces estaba vetado a las clases populares.
Desde su lanzamiento en Europa y posterior expansión al otro lado del charco, Ferrero Rocher se ha consagrado como el líder mundial en su categoría.
Cómo hacer tarta Ferrero Rocher
La tarta Ferrero Rocher causa auténtico furor en las redes sociales. Esta tarta, surgida de la devoción que muchas personas sienten por los bombones de Ferrero , cuenta con multitud de interpretaciones.
En esta ocasión, os presento un híbrido entre tarta Ferrero Rocher y tarta Sacher, el mítico pastel de chocolate suizo. Creo de verdad que muy probablemente sea la mejor versión posible .
Para ello, elaboraremos primero un bizcocho, siguiendo la receta tradicional de la tarta Sacher, y luego, para la cobertura, emplearemos los deliciosos bombones de Ferrero Rocher.
El proceso es largo y laborioso, que no complejo. Eso sí, os puedo asegurar que el resultado es espectacular; equilibrado, ligero y muy esponjoso.
¡Manos a la masa!
Ingredientes:
Chocolate negro con 70% cacao (bizcocho) 65 g.
Harina de repostería (bizcocho) 90 g.
Levadura química (bizcocho) 7 g.
Mantequilla (bizcocho) 80 g.
Leche (bizcocho) 100 ml.
Cacao puro en polvo desgrasado sin azúcar (bizcocho) 10 g.
Huevos (bizcocho) 6 unidades
Azúcar (bizcocho) 110 g.
Sal (bizcocho) 1 g.
Chocolate negro con 70% cacao (ganache) 200 g.
Nata (crema de leche) líquida con mínimo 35% M.G. (ganache) 100 g.
Chocolate con leche (cobertura) 75 g.
Azúcar (cobertura) 125 g.
Agua (cobertura) 100 ml.
Mantequilla (cobertura) 50 g.
Bombones Ferrero Rocher 10 unidades
Mermelada al gusto
Elaboración:
El primer paso consiste en elaborar una ganache . Para acelerar el proceso y no hacerlo demasiado engorroso, en un bol de cristal, introduciremos el chocolate troceado. Pondremos máxima potencia durante no más de 20 segundos. En caso de ser necesario le daremos 10 segundos más. Tendremos que mantenernos expectantes, ya que el chocolate se quema con relativa facilidad.
Al mismo tiempo, pondremos la nata (crema de leche) al fuego , y aguardaremos a que arranque a hervir. Retiraremos del fuego inmediatamente e incorporaremos el chocolate. Con una lengua removeremos hasta homogeneizar la mezcla, que debe quedar brilla y lisa. Dejaremos reposar.
Entretanto, prepararemos la cobertura. En el vaso de una batidora ponemos el chocolate con leche, los bombones y la mantequilla . De forma paralela, cocinaremos un almíbar. En un cazo pondremos a hervir el agua con el azúcar, hasta que esta quede perfectamente disuelta. Posteriormente, verteremos la mezcla en el vaso de la batidora, y trituraremos. Reservamos.
Ahora llega el momento esperado por todos, la preparación del bizcocho , la base de esta receta. En un bol puesto al baño maría , agregaremos el chocolate, la leche y la mantequilla. Mezclaremos bien todos los ingredientes, hasta conseguir que se integren por completo.
Como en otras ocasiones, prepararemos un bizcocho ligero y aireado . Para ello no tendremos más remedio que montar las claras . Valiéndonos de una varilla, manual o eléctrica, montaremos las claras de huevo a punto de nieve, con una pizca de sal. En el momento que hayan cogido cuerpo, iremos incorporando el azúcar poco a poco, hasta obtener un merengue.
Sobre la mezcla de chocolate tamizaremos la harina, el cacao en polvo y la levadura química. Con la varilla, y mientras realizamos movimientos envolventes, integraremos todos los ingredientes . Por último añadiremos las yemas de huevo, y moveremos bien.
Con sumo cuidado, y poco a poco, verteremos el merengue sobre la mixtura anterior, que debe permanecer caliente. Mezclaremos, al igual que en el paso anterior, con movimientos envolventes. Es primordial que el merengue no se venga abajo, logrando una masa ligera.
Coceremos el bizcocho al baño maría . Dispondremos la masa en un molde circular, de unos 25 - 26 cm de diámetro, y lo pondremos sobre la bandeja del horno, en la que habremos añadido como un dedo de agua. Con calor arriba y abajo, en la zona media, y a 160º, tendremos nuestro bizcocho cociéndose durante al menos 1 hora.
Sacaremos del horno y dejaremos enfriar bien . Con un cuchillo de panadero o una segueta de repostería, cortaremos el bizcocho por la mitad. Rellenaremos con mermelada al gusto, aunque en la receta original suiza se emplea la de albaricoque. Cubriremos con la tapa superior. Rescataremos la ganache que había preparado al principio, y cubriremos bien tanto los laterales como la parte superior.
Refrigeraremos durante al menos 1 h, tiempo suficiente para que la ganache endurezca y nos permita verter la cobertura. Acomodaremos el bizcocho sobre una rejilla, y pondremos el broche final, vertiendo la cobertura, que debe estar templada. La idea es que quede una fina capa con algunos tropezones de bombón visibles , dándola a la vez un ligero toque crunchy.
Como sugerencia de presentación , proponemos, como no podía ser de otra forma, la colocación de unos bombones Ferrero Rocher en la parte posterior. Jugando con la perspectiva, dejaremos algunos enteros y otros los cortaremos a la mitad, y los esparciremos de manera caótica, pero armoniosa, como se muestra en la fotografía.
En cuanto a su conservación , dependerá de la temperatura ambiente. Los frigoríficos tienden a resecar los alimentos en exceso. Esta tarta se puede mantener perfectamente 2/3 días fuera de la nevera, ya que el huevo ha quedado perfectamente pasteurizado. Si estamos en verano y nuestra casa alcanza temperaturas muy altas, filmaremos al ras toda la tarta, y la pondremos en la parte alta del frigorífico.
Se tarda más en hacerla que en comerla, pero te aseguro que merecerá la pena. ¡A disfrutarla!
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