¿Recordáis que en uno de los últimos posts os decía que había cursado el taller de Tartas modernas de Luis Olmedo? Os comentaba que estaba encantada con el curso y con todo lo aprendido, y que en tres semanas habíamos hecho un montón de tartas diferentes. Pues bien, gracias a ese curso, esta bloguera-repostera que os escribe se ha atrevido a hacer esta tarta que muestran vuestras pantallas. Y es que este taller me ha ayudado a ganar mucha confianza en mis dotes pasteleras. Antes, ni se me hubiera pasado por la mente atreverme a hacer un pastel como este; no confiaba lo más mínimo en mi pericia con la espátula y el cuchillo. ¡Y he logrado algo más que decente! Por eso he querido compartir esta receta con vosotros, para que la probéis en vuestras casas.
Yo la encontré por casualidad, mientras buscaba recetas para aprovechar puré de mango, ¡y ha sido todo un descubrimiento! ¡Es riquísima, ya lo veréis!
De origen croata, se suele servir en las celebraciones familiares. Como veis en las fotos, está formada por varias capas de una masa deliciosa, mezcla entre bizcocho y galleta, y una crema entre ellas. En este caso, la he rellenado de una crema de mango (precisamente, tenía que dar salida a una pequeña cantidad de puré de mango que me sobró del curso de Luis Olmedo), aunque lo habitual es emplear caramelo y/o chocolate.
Como toda elaboración tradicional que se precie, se ha extendido de forma oral de generación en generación, por lo que existen casi tantas recetas como hogares.
Espero que os guste esta versión, súper cremosa y con un sabor irresistible, compuesta por unas capas de masa que unen la esponjosidad del bizcocho con el sabor de las galletas de mantequilla y vainilla, y la jugosidad de la crema de mango. Una tarta exquisita, cero empalagosa, y mil millones de veces más buena que cualquier tarta de chocolate. ¡No exagero! Os aseguro que es muuuuuy rica, y cuando la probéis coincidiréis conmigo.
Tarta Madjarica de mango:
Receta adaptada de ésta
INGREDIENTES
- Para la masa (dos bandejas de horno):
300g de harina
1/2 cucharadita de levadura química en polvo
110g de mantequilla, a temperatura ambiente, cortada en daditos
1 huevo
100g de azúcar
1 y 1/2 cucharaditas de pasta de vainilla
150g de crème fraîche
- Para la crema de mango:
400g de leche entera
100g de puré de mango (para elaborarlo, tan sólo tendréis que pelar y cortar en trozos un mango maduro, lo trituráis con una Thermomix o cualquier otro robot de cocina que tengais, lo pasáis por un chino o un colador fino, y lo conserváis en la nevera hasta que lo vayáis a usar; no hace falta nada más, ni añadirle azúcar ni nada, tal cual, 100% fruta)
200g de azúcar
65g de maizena
1 huevo
165g de mantequilla, en pomada
Azúcar glas
Cacao en polvo
PREPARACIÓN
- Para la masa:
Tamizamos sobre un bol la harina con la levadura. Agregamos la mantequilla y mezclamos hasta obtener una masa similar a la de unas migas.
En un bol aparte, batimos el huevo con el azúcar, y le agregamos la vainilla y la crème fraîche. Mezclamos.
Vertemos la mezcla anterior sobre la de harina y mantequilla, y mezclamos hasta lograr una masa homogénea y sin grumos.
Cubrimos la masa con papel film y la refrigeramos durante unos 30 minutos.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Dividimos la masa en dos, y estiramos cada porción sobre un papel vegetal del tamaño de nuestras bandejas de horno. Estiramos con un rodillo hasta lograr dos rectángulos de unos 30x35cm, aproximadamente, no tiene que ser exacto, pero es mejor que sobre.
Pasamos cada papel con la masa a su bandeja de horno correspondiente, y horneamos durante 13-15 minutos a 180ºC.
Una vez frías las dos láminas de masa, con un cuchillo cebollero (y mucho cuidado de no romper la masa) las cortamos en tres rectángulos de unos 8x28cm, aproximadamente. Tendremos que obtener un total de SEIS rectángulos de IDÉNTICO tamaño (los recortes de masa -que habrá unos cuantos- no se tiran, se los come el cocinero, única y exclusivamente el hacedor de esta exquisitez).
- Para la crema de mango:
En un cazo, vertemos 300g de leche, el puré de mango, el azúcar y el huevo. Lo mezclamos todo en frío. A continuación, calentamos a fuego bajo o al baño María (yo lo caliento directamente sobre el fuego, porque me resulta más cómodo y rápido, pero si os da miedo que se os pueda pegar en el fondo del cazo o no controláis bien el calor de vuestros fuegos, os recomiendo el baño María; pero ya os digo que yo no lo utilizo).
Por otro lado, mezclamos los 100g de leche restantes con la maizena hasta obtener una masa, la cual agregaremos al cazo. Removemos la mezcla constantemente hasta que empiece a hervir y espese (si tenéis termómetro, veréis que cuando la mezcla alcance los 84-85ºC, se habrá espesado). Cuando lleguemos a este punto, dejamos que hierva durante un minuto o minuto y medio.
Retiramos del fuego, y dejamos que enfríe, a temperatura ambiente, hasta que baje hasta los 40 grados, más o menos. En este punto, batimos la crema con unas varillas eléctricas durante unos 3 minutos. Sin dejar de batir, vamos agregando poco a poco la mantequilla. Batimos todo junto hasta que la mantequilla se haya incorporado por completo. Filmamos y reservamos en la nevera hasta el momento en que la vayamos a utilizar.
- Montaje de la tarta:
Colocamos una pieza de masa sobre una fuente rectangular, y con una espátula extendemos sobre ella una quinta parte de la crema de mango. Repetimos con el resto de las capas y la crema de mango. Terminamos con una lámina de masa.
Con la espátula y un poquito más de crema, repasamos los bordes de la tarta para que queden lisos. Introducimos en el frigorífico para que la crema se asiente (lo mejor, toda la noche).
Antes de servirla, la espolvoreamos con azúcar glas y cacao en polvo, y decoramos con unos bombones o unos chocolates.
Espero que os haya gustado.
¡Un besazo!