Hoy Merlín, mi perrito, ha cumplido ¡¡¡11 añazos!!! Y, como ya viene siendo habitual, he aprovechado tal notable ocasión para preparar una tarta. Como os podéis imaginar, me ha supuesto un inconmensurable esfuerzo encender el horno y poner mi KA en marcha (modo ironía ON).
Y es que el pastel que he horneado ha sido uno de esos que llevan infinitos meses engrosando mi interminable lista de recetas pendientes. Un caramel cake. O lo que es lo mismo, una tarta rellena y cubierta por una crema de caramelo. Es famosa por todo Estados Unidos, es una de esas tartas que pasan de generación en generación. Todo un clásico, vaya.
En mi caso, le he añadido un toque bastante generoso de whisky, tanto al bizcocho como (sobre todo) a la crema. Ya sabéis que cuando se trata de añadir alegría a un triste dulce, intento ser lo más espléndida posible.
Caramel cake:
Receta adaptada del libro United Cakes Of America: Recipes celebrating every state, de Warren Brown
INGREDIENTES
- Para dos bizcochos de 20cm de diámetro:
150g de harina
30g de maicena
1 y 1/2 cucharaditas de levadura química en polvo
1/2 cucharadita de bicarbonato
3/4 de cucharadita de sal
180g de leche (que habrá reposado durante 10 minutos con una cucharada de zumo de limón)
2 cucharaditas de extracto de vainilla
20mL de whisky
85g de mantequilla
175g de azúcar blanquilla
2 huevos L
- Para el glaseado de caramelo:
200mL de nata (crema de leche) líquida para montar (35% m.g.)
85g de light brown sugar (azúcar moreno blando)
1 cucharada de sirope de maíz (Karo)
30mL de whisky
PREPARACIÓN
Precalentamos el horno a 165ºC y engrasamos y cubrimos la base de los dos moldes con papel vegetal. Reservamos.
Tamizamos juntos los ingredientes secos (harina, maicena, levadura química, bicarbonato y sal) y los reservamos.
En otro cuenco, mezclamos la leche con la vainilla y el whisky.
Por otro lado, batimos la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla blanquee, durante unos 3-4 minutos. Añadimos los huevos, de uno en uno, procurando no añadir el siguiente hasta que el anterior no se haya integrado por completo. De forma alternativa, en cuatro veces, incorporamos las mezclas de ingredientes secos y húmedos. Y cada vez mezclamos ligeramente con la ayuda de una espátula de goma.
Repartimos la mezcla entre los dos moldes y horneamos 15-18 minutos a 165ºC.
Cuando los bizcochos estén enfriando sobre una rejilla, preparamos el glaseado de caramelo. Para ello, mezclamos en un cazo la nata (crema de leche), el azúcar y el sirope de maíz procurando disolver buena parte del azúcar. A continuación, encendemos el fuego y, removiendo de vez en cuando, llevamos la mezcla a ebullición. Dejamos que hierva a fuego medio-alto durante 10 minutos (procuraremos remover para que no se pegue al fondo del cazo durante los últimos minutos). Transcurrido este tiempo, observaremos que la mezcla ha espesado y tiene una textura similar a la de una crema untable. En este punto, retiramos del fuego y añadimos el whisky. Volvemos a remover y dejamos que entibie.
Cuando los bizcochos estén completamente fríos, colocamos uno de ellos sobre el plato de presentación. Extendemos una tercera o cuarta parte del caramelo sobre él. A continuación, cubrimos con el otro bizcocho, y terminamos extendiendo el resto de la salsa sobre su superficie, intentando que caigan unas gotas por los bordes de la tarta.
Espero que os haya gustado. Los bizcochos quedan hiper blanditos, y el sabor del conjunto es espectacular.
¡Un besazo!