Últimamente me ha dado por participar en concursos. Nunca gano, pero me motiva el hecho de tener que pensar una receta utilizando un producto determinado. Me hace estrujarme el cerebro, darle vueltas durante varios días y, finalmente, conseguir algo que todavía no había tenido oportunidad de elaborar o que jamás me atrevería a cocinar. Y eso me gusta.
La charlota es una de esas elaboraciones que siempre he temido. Me encanta lo bonitas que quedan, por ejemplo, con bizcochitos de soletilla y rellenas de una mousse de fresas, mango, etc., pero pensar en el terrible momento del desmoldado, me echaba para atrás.
Soy una cobarde. No hay duda.
Pero gracias a la receta que he hecho para participar en el concurso de recetas con Panrico y Cerealia, que organiza Canal Cocina, he roto la barrera que me impedía hacer una tarta de ese tipo. ¡¡¡Al fin me he atrevido a elaborar una charlota!!! Aunque no ha sido la charlota propiamente dicha, aquella que se nos vendría a la mente nada más leer o pronunciar su nombre, el método de elaboración, en esencia, es el mismo. En este caso, en lugar de usar bizcochos de soletilla, he empleado pan de molde -que previamente he dorado en una sartén con un poquito de mantequilla y he endulzado con azúcar- y lo he rellenado con una mezcla de plátano caramelizado y queso fresco. Por último, la he acompañado de una salsa que, en mi opinión, es la que mejor encaja con el dulzor del plátano: una salsa de caramelo salado (por cierto, la preferida de mi madre, de hecho, fue ella quien me insistió en rematar este dulce con ella).
Como veis en las fotos, mis temores eran infundados. No he tenido el más mínimo problema con el desmoldado. No se desmorona nada de nada; es más, queda bien consistente.
Y en cuanto a su sabor, textura y demás... Os vuelvo a repetir lo mismo de siempre: BUENÍSIMA. La capa superior de pan queda crujiente, mientras que el interior resulta jugoso y cremoso. Y el sabor, extraordinario. ¡¡Nada empalagosa!! Y si calentáis la salsa antes de servirla junto a cada porción, obtendréis un postre que no dejará a nadie indiferente.
¡Probadlo, por favor!
Charlota de plátano y queso fresco con salsa de caramelo salado:
Receta adaptada del libro "Tartas y bizcochos caseros" de Ediciones Marie Claire (pp.74-75: "Charlota de manzana con mantequilla")
INGREDIENTES (para un molde alto de 18cm de diámetro)
- Para la charlota:
21 rebanadas de pan de molde Panrico Cerealia Artesano
300g de mantequilla
1Kg de plátanos
50g de azúcar moreno
200g de queso fresco
1 cucharadita de canela molida
Azúcar blanquilla (la necesaria para rebozar las rebanadas de pan)
- Para la salsa de caramelo salado:
160g de azúcar
65g de agua
90g de nata (crema de leche) líquida para montar (35% m.g.)
2 cucharadas de mantequilla
Sal marina
PREPARACIÓN
- Para la charlota:
Cubrimos la base y las paredes de un molde desmontable de 18cm con papel vegetal.
Pelamos los plátanos y los cortamos en rodajas de medio centímetro.
Fundimos 150g de mantequilla en una sartén y añadimos los plátanos. Agregamos el azúcar moreno y la canela molida y mezclamos bien. Cocinamos la fruta durante unos 8-10 minutos, hasta que se ablanden los plátanos y se integren con la mantequilla, el azúcar y la canela. Retiramos del fuego y dejamos templar dentro de una fuente.
Por otro lado, chafamos el queso fresco con un tenedor, y lo reservamos para utilizarlo más adelante.
Retiramos la corteza de todas las rebanadas de pan. Cortamos 7 de ellas por la mitad, a lo ancho, de modo que obtengamos 14 rectángulos. El resto, las 14 restantes, las cortamos por la mitad, en diagonal, de manera que obtengamos 28 triángulos.
Cortamos en dados la mantequilla restante (150g). Fundimos unos 4-5 dados en una sartén amplia y doramos en ella las rebanadas de pan que nos quepan. Les damos la vuelta y las doramos por el otro lado. Nada más sacarlas del fuego, las rebozamos con una generosa cantidad de azúcar blanquilla. Reservamos en una fuente, mientras repetimos la operación hasta acabar con todo el pan.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Con todo el pan tostado y azucarado, empezamos el montaje de la charlota. Para ello, cubrimos el fondo del molde con una tercera parte de los triángulos. Procuramos que quede bien cubierto apretando bien unas rebanadas contra otras.
Alrededor, colocamos los rectángulos, procurando que no queden huecos.
Cuando el relleno de plátano esté templado, lo mezclamos con el queso fresco, y vertemos la mitad de esta preparación dentro del molde. Alisamos bien la superficie.
Cubrimos con más triángulos, añadimos el resto del relleno de plátano y queso, y volvemos a presionar.
Terminamos con los triángulos de pan restantes. Recortamos los trozos de pan que sobresalgan por los laterales, para igualar el pastel.
Horneamos 25 minutos a 180ºC. Durante los primeros 10 minutos, cubrimos con papel de aluminio la superficie. Transcurrido este tiempo, retiramos el papel y dejamos que termine la cocción, durante 15 minutos más. Dejamos enfriar por completo antes de desmoldarla.
- Para la salsa de caramelo salado:
En un cazo, calentamos el azúcar con el agua, hasta que el almíbar adquiera un color dorado, aproximadamente a los 10-12 minutos. En este momento, retiramos el cazo del fuego, y vertemos (¡¡¡con mucho cuidado!!!) la nata (crema de leche) caliente.
Volvemos a calentar, un par de minutos más.
Retiramos del fuego y añadimos las dos cucharadas de mantequilla. Mezclamos muy bien hasta que se funda por completo. Terminamos con un pellizco de sal marina en escamas, y removemos para integrar.
Conservamos en el frigorífico y calentamos unos segundos en el microondas para acompañar nuestra charlota de plátano.
¡¡Un besazo!!