Aunque estas tartas suelen ser de aprovechamiento no me gusta escatimar en calidad porque creo que el resultado no es el mismo.
Es preferible comprar menos cantidad, que dejar que los productos caduquen en la nevera o se estropeen. De ese modo ni tiraremos el dinero ni comeremos a disgusto. Una buena planificación en los menús diarios nos ayudará a no caer en la tentación de aprovisionarnos de productos frescos innecesarios o que no resistan la congelación.
No pretendo hacer publicidad si digo que el hojaldre que he utilizado es de mantequilla, el de Casa Tarradellas, es que me ha emocionado el resultado. ¡Sencillamente EX-CE-LEN-TE!.. Ya era hora de que en el súper de la esquina se pudiera encontrar un hojaldre de calidad que además no nos descalabre el presupuesto. He empleado también unas lonchas de jamón de York que sobraron de hacer biquinis, y más o menos medio paquete de queso rallado
Resultado: Una tarta mil hojas de sabor suave y nada pesada.
Ingredientes
1 lámina de hojaldre de mantequilla
3 huevos XL
75 g de queso parmesano rallado
200 ml de nata (crema de leche)
2 lonchas grandes de jamón de York
1/4 de calabacín
2 zanahorias pequeñas
Pimienta negra
Mantequilla
Sal
Precalentar el horno a 200º
Poner agua a hervir.
Pelar y cortar las zanahorias a tiras finas con un pelador de patatas.
Lavar y cortar el calabacín a tiras finas con un pelador de patatas.
Cortar a tiras el jamón de York.
Echar las hortalizas en el agua hirviendo y apagar el fuego. Escaldar durante dos o tres minutos. A continuación preparar un recipiente con agua y hielo e introducir las hortalizas escurridas en él para refrescarlas. Secar en un paño de cocina.
Untar con mantequilla un molde para quiche y colocar la lámina de hojaldre encima. Ajustar y recortar los bordes. Con el hojaldre sobrante se puede hacer mini pastitas.
Pinchar el fondo con un tenedor y colocar encima una hoja de papel para hornear. Verter unos garbanzos, o algo similar de peso, para que el hojaldre no coja volumen en el horno.
Batir los huevos y aprovechar para pintar el borde del hojaldre con un pincel de cocina, de esa forma tendrá un color mucho más bonito.
A continuación añadir la nata (crema de leche) y el queso rallado a los huevos. Mezclar bien, y condimentar con pimienta negra. Rectificar de sal si notáis que le hace falta. A veces el queso no es tan salado como parece.
Hornear el hojaldre durante diez minutos, en la parte baja (la segunda balda empezando por abajo) tapado con una hoja de papel sulfurizado. De esa manera la base no queda tan cruda.
Transcurrido el tiempo retirar del horno. Retirar también el peso que hayáis usado y el papel. Echar en el interior del hojaldre la mezcla batida de huevo, queso, y nata (crema de leche). Distribuir las tiras de hortalizas por toda la superficie, intercalándolas con las de jamón.
Hornear de nuevo el hojaldre unos 30 minutos, o hasta que el relleno haya cuajado. Pinchar antes de retirar del horno.
Lo suelo hornear tapado para que no coja demasiado color. Podéis prescindir del papel unos siete u ocho minutos antes de finalizar la cocción, no obstante vigilar porque se quema muy rápido.
¡Qué aproveche!