Mi madre me sobrevalora. Para ella yo valgo mucho y todo lo hago bien. Por supuesto esto no siempre fue así. Antes de tener 30 años no le gustaba mi ropa, ni mi pelo, ni la frecuencia de mis salidas de casa, ni mis Héroes del Silencio? Pero ahora ya valgo mucho. No sé cuánto, no concreta nunca más allá de "un Potosí", pero vamos, mucho. Pues bien mamá, desengáñate porque esta hija tuya es NEGADA ABSOLUTA para dos cosas: jugar a deportes de equipo y hacer merengue.
Y cuando digo negada absoluta no estoy siendo modesta. Estoy siendo realista. Mi madre hizo un gran trabajo criticando esas camisetas con ombligo al aire ( crop-top en idioma del s.XXI) que yo me ponía en mis tiempos mozos y me convirtió en una persona con un sentido estético algo más decente, pero lo de los deportes no hubo por dónde cogerlo. A los 15 años me apunté al equipo de balonmano del colegio. Ni siquiera Íker Jiménez podría desentrañar los motivos que me llevaron a hacer tal cosa. Si os digo que no me importó nada estar en el banquillo temporada tras temporada y que para mí el castigo era jugar os hacéis una idea de mi espírtu deportista y de competición. Aún así os daré sólo un dato más: en la foto de equipo, con la ropa de balonmano puesta, lo que me preocupó más fue salir desfavorecida, por lo cual posé con la equipación Y CON LAS HOMBRERAS PUESTAS. Con un par (de hombreras).
Una vez confesada mi primera ineptutud máxima vamos a la segunda. El merengue.
Este mes, participando de nuevo en uno de mis retos favoritos, el Asaltablogs, me llevé una grata sorpresa al descubrir que tendríamos que asaltar a un blog que me resulta especialmente simpático. Si no habéis pasado nunca por El Mito del Sofrito os aconsejo encarecidamente que lo hagáis. Está lleno de tesoros, y no hablo sólo de sus recetas sino de las personas que hay detrás. Son divertidas, estupendas cocineras, didácticas a tope cuando explican las recetas, y con una chispa y un encanto que pude descubrir personalmente en una de ellas (besitos Marisa!) a la que conocí en un encuentro de Asaltabloggers en Granada del cual os hablaré en otro post porque dio mucho de sí.
Pues venga , me dije, voy a ponerme un reto a la altura de El Mito del Sofrito y aprovechando que tiene una receta que me produce un miedo escénico fatal me propuse hacer una versión de su Tarta de Limón y Merengue suizo, porque esta vez sí, esta vez le pongo el merengue y además con un par, se lo voy a poner suizo. Vamos, que me vine arriba. Me propuse hacer mi propio Lemon&Lime Meringue Pie. Y eso acabó en el gran asalto a la caja de huevos. Como habrés visto por las fotos, del merengue no hay ni rastro, y eso después de 9 claras de huevo empleadas en 3 intentos merenguiles distintos.(¿Iker Jiménez?)
En vista del desastre tuve que improvisar una salida digna. Y confité unas rodajas de limón (que se quedaron de color naranja por cierto) que salieron muy ricas la verdad, y son también un rato aparentes, pero que, como su creadora la que aquí escribe, nunca dejarán de tener espíritu de suplentes de banquillo.
Así que hoy os voy a dejar esta adaptación de la receta del Mito para la que aproveché una masa de pie que tenía hecha y cambié un par de limones por limas, bueno, y sin merengue? Si queréis Lemon Pie del bueno de verdad, id a su receta. Lo que sí voy a hacer esta vez es pediros ayuda, lectores míos. ¡Por vuestras cajas de huevos dadme soluciones! Quiero hacer merengue suizo con la TMX, pero cuando le echo el hilo de almíbar caliente para que sea suizo (a falta de cuenta bancaria yo también quiero algo suizo), se supone que debo dejarlo batiendo hasta que la mezcla va perdiendo temperatura y se enfría. Pero lejos de enfriarse, la TMX, de tanta vuelta a la mariposa, lo que hace es subirme la temperatura de la mezcla cada vez más! Y acabo con una sopa blanca que pierde volumen y que no sé si usar para rellenar un bote de Nivea y regalárselo a alguien por el día de los inocentes?
Ingredientes
Una masa de Pie como las que salen de ESTA receta o de ESTA OTRA, o de ESTA otra
3 yemas de huevo
100 gr. de azúcar
3 cucharadas de Maizena
la ralladura de la piel de 1 lima y de 1 limón
el zumo de 2 limas y de 2 limones
Un chorrito de aceite de oliva
Para el limón confitado:
Otro limón cortado en rodajas finas
Una ensaladera llena de agua fría con hielos
150 grs de azúcar
150 grs de agua
Preparación
Hacemos la masa de Pie como se indica en las recetas. La estiramos y forramos con ella los moldecitos de tartaleta. O si lo preferimos un molde grande.
En horno precalentado a 180º las horneamos en blanco, esto es, sin ponerles relleno, simplemente colocándoles encima un papel de horno con unas legumbres para evitar que se deformen. Las dejamos unos 20 min. Les quitamos las legumbres y horneamos 15 min más. Tienen que quedar hechas y doraditas. En mi horno estos son los tiempos que he necesitado. Las dejamos enfriar.
Preparamos la crema de lima&limón y para ello trituramos en la tmx 15 seg a velocidad progresiva 5-10 el azúcar con la ralladura de limón y lima.
Ponemos al fuego las yemas, el azúcar que hemos hecho glas, el zumo de limón&lima y la maizena y movemos constantemente con las varillas manuales hasta que empiece a espesar. Y lo dejamos un minuto más pero ya está. No nos pasamos porque a medida que se enfríe espesará más.
Fuera del fuego ya le añadimos el chorrito de aceite de oliva virgen extra que le da un aroma muy rico combinado con el el limón y lo mezclamos bien.
Rellenamos las tartaletas y dejamos que la crema cuaje al menos unas tres horas.
Hacemos el limón confitado para lo cual sólo necesitamos cortar un limón bien limpio en rodajas muy finas.
Ponemos agua a hervir y metemos las rodajas de limón en el agua hirviendo como un minuto, para que se ablanden un poquito, y las sacamos al agua helada.
Dejamos en el cazo los 15 grs de agua y los de azúcar a fuego medio sin remover hasta que veamos que el azúcar se ha disuelto. Entonces echamos en ese almíbar las rodajas de limón que teníamos en el agua helada y las dejamos a fuego medio-bajo hasta que se pongan translúcidas. Yo las tuve una media hora. Hay que vigilar bien porque si el azúcar empieza a tomar color, las rodajas también lo cogerán y se ponen más oscuras que es lo que me pasó a mí, por eso están anaranjadas. Cuando lo vuelva a hacer las sacaré antes para que estén más amarillas y tengan menos color de caramelo.
Sacarlas y dejarlas secar encima de un papel de horno. Es buena idea pintar un poco el papel de horno con aceite de oliva para que no se peguen.
Adornamos las tartaletas con las rodajas de limón confitadas y espolvoreamos con azúcar glas si queremos.
Cosas a tener en cuenta:
- Tanto la masa de pie como el limón confitado se pueden preparar con antelación.
Sí amigos, aquí estoy, con mis hombreras. Hombreras Adidas. Impossible is nothing... nothing but meringue.