Paseando por las teterías de la calle Elvira de Granada las pasada Pascua, pude saborear este Té Tunecino, té verde con piñones tan propios de nuestro pinar mediterráneo . Me apasiona el té y no pretendo hacer un tratado sobre él. Ya habrán existido otros sabios que habrán escrito largo y tendido sobre como tomarlo y disfrutarlo. Sólo os trasmitiré mis experiencias, haré mis propias mezclas en casa y si me atrevo y el ingenio me acompaña, compartiré con vosotros los ingredientes.
Yo descubrí el té justamente en Granada, o sea que le debo al té más su parte moruna que no imperial, a pesar de que muchos piensan que lo tomo por la parte British que también ocupa mi corazón. Los piñones los cogí de la Sierra de Andújar, parque natural perteneciente a Sierra Morena, tierra que me vio nacer, y que por tanto ocupa una parte muy importante de mi alma. Además el hecho de coger piñones en la propia sierra es algo que me retrotrajo a mi infancia, a las luchas con las piñas con piedras, a manos llenas de resina y a tantas risas con mi familia.
Sobre el té
El té proviene de un arbusto de la familia de las Camelias, llamado en latín Camelia Sinensis. Sinensis para los latinos era todo aquello que se refería a China. Crece en regiones tropicales y subtropicales, siendo sus mayores productores, la ya mencionada China, Japón, Taiwán, en la parte más oriental y las joyas de la corona, India y Sri Lanka, culpables de que se extendiese por el Imperio británico.
La variación de lo que llamamos colores del té, no es otra que el grado de oxidación al que sometemos a las hojas. El verde es sin oxidar, el blanco es la parte más tierna, también sin oxidar. Al obtenerse menor cantidad su precio es más elevado. A medio camino tenemos el Oolong, también conocido como té semi-fermentado o azúl y por último el negro. A mayor oxidación, mayor perdida de propiedades positivas para nuestro organismo.
A la hora de tomarlo, es recomendable el negro por la mañana, el verde para la tarde y una infusión de Rooibos o un té desteínado para el anochecer. Os hablaré del Rooibos en algún venidero.
Té tunecino
dificultad | fácil
¿Qué se necesita para preparar un Té tunecino?
Agua caliente a 70º
Hojas de hierbabuena frescas
Unos cuantos piñones
2 grs de té verde por persona.
1 cucharadita de azúcar por persona.
¿Cómo se prepara el Té tunecino?
El agua para el té es fundamental. Si es mineral, mucho mejor. El agua en Granada, por ejemplo es muy buena, algo que no nos ocurre en las islas, a pesar de tener un buen embalse.
El siguiente punto a tener en cuenta es el grado de ebullición del agua. Os proporcionaré la tabla en el próximo post. Para un té verde, la media son 70º . Si tenéis un hervidor suele tener un termostato para indicároslo. Un mayor temperatura quemaría las hojas del té. Tampoco hay que hervir las hojas con el agua.
Las hojas se colocan en cualquier tipo de infusor, la cantidad ideal es unos 2 grs por persona. Si hacemos para más personas siempre se dice que agregues la cantidad del número de personas más una, siempre dejando espacio en el infusionador para que las hojas se abran.
El té tunecino es básicamente un té moruno al que hemos añadido al agua unos cuantos piñones por persona. Estos al contacto con el agua caliente se inflan un poco.
Calentamos la tetera con agua caliente que desecharemos. Añadimos los piñones y las hojas de hierba buena. Añadimos el azúcar y vertemos el agua. Por último colocamos el infusor con el té verde.
El tiempo de reposo de un té verde suele estar en unos dos minutos. Si os gusta más amargo, lo podéis dejar un poco más. Los tés verdes se suelen tomar en vasos de cristal transparente.
Espero que hayáis disfrutado de este Té tunecino tanto como lo hemos hecho nosotros. Stay tuned!