Aunque la receta que llevaba haciendo durante años me funcionaba genial y siempre me hacía triunfar con este delicioso postre, mi hijo Nacho me pasó un vídeo de un italiano que hacía este postre en dos fases y sólo con huevos.
La otra receta lleva nata (crema de leche) y por eso era más denso y compacto y no se deshacía tanto al cortarlo. También la saqué de un libro de recetas italianas (elaboradas por italianos), pero me encanta aprender formas nuevas de mejorar los platos que hago.
Desde luego, por las fotos podéis ver la pintaza que tiene el tiramisú presentado de dos forma distintas. Pero el sabor y la textura es IM-PRE-SIO-NAN-TE!!
La clave es separar yemas y claras, pero no añadir todo el queso Mascarpone a la mezcla de yemas, sino una parte a las claras montadas a punto de nieve.
Así aparecen dos capas diferenciadas y separadas por otra capa de bizcochos savoiardi empapados en café. Esta vez, además, encontré en un comercio italiano los bizcochos y los llevé para hacer el tiramisú auténtico.
Perdonadme la licencia pero creo que es el mejor tiramisú que he probado hecho en casa (y en muchos restaurantes que lo ponen). Probad con esta receta y me decís, vale?
Para 8-10 personas (llena mucho):
24-30 bizcochos savoiardi o en su defecto de soletilla (sale también genial)
500 g de queso mascarpone (2 tarrinas de 250 g cada una)
5 huevos, separados claras y yemas
6 cucharadas soperas de azúcar
2 tazas de café expresso recién hecho
1 cucharadita de licor Amaretto (opcional)
cacao en polvoSe hacen los cafés y se dejan enfriar un poco para que no se deshagan tanto los bizcochos al empaparlos.
Se separaran las claras y las yemas. A las yemas se las echan 3 cucharadas de azúcar y se baten hasta que se integre bien. A las claras se añaden las otras 3 cucharadas de azúcar y se baten (mejor con varillas eléctricas, claro) hasta llegar al punto de nieve.
Se añade una tarrina y un poco más de queso mascarpone a las yemas y el resto de esa tarrina a las cñaras montadas.
Se remueven bien las dos preparaciones hasta que queden bien mezclados los huevos con el queso. En las claras montadas, añadir el queso y mezclar con movimientos envolventes para intentar que bajen lo menos posible (es inevitable que se bajen un poco).
Se cogen los bizcochos y se empapan en el café (si queréis podéis añadir en el café el licor). Yo los trabajo con los dedos mientras los desmenuzo y los amaso con el café para que quede una masa de bizcocho empapado.
Se va preparando el postre. Yo puse un poco de masa de bizcochos con café en el fondo de un vasito (para enseñaros la presentación individual) y otro poco cubriendo el fondo de una fuente para la presentación familiar. Guardad más bizcocho empapado para la segunda capa.
Luego se coloca encima la crema de yemas con mascarpone. Se espolvorea con un poco de cacao.
Después se pone encima el resto de la masa de bizcochos empapados, se cubre con la crema de claras a punto de nieve mezcladas con el queso.
Se cubre con papel de plástico o de film y se mete en la nevera un mínimo de 3 horas para que cuaje bien con el frío y se ponga firme. Yo lo dejé toda la noche.
Cuando se vaya a servir se espolvorea con más cacao en polvo y se disfruta.