Es una referencia que no falta en la mayoría de las cartas de bares y restaurantes de medio mundo, ya que su sencillez no está reñida con su sofisticación.
Está compuesto por un bizcocho de soletilla, que se empapa en café y alguna bebida alcohólica, como el amaretto, y se va alternando con una crema de huevos batidos y azúcar que en ocasiones incorpora mascarpone.
A pesar de que los orígenes del tiramisú son relativamente recientes, no existe una regla, ni siquiera en Italia, que explique cómo debe elaborarse, por lo que existen multitud de versiones, aunque todas comparten esa base bizcocho empapado en café y licor acompañado de una crema de huevos azucarada.
Las raíces de un plato suelen ser difusas, puesto que la gastronomía es un arte vivo, lo que supone estar sujeto a cambio e interpretación constante, es decir, a existir en la indefinición.
Pese a su contemporaneidad, el hombre, sediento de mitos, encuentra pistas de sus orígenes primigenios a finales del siglo XVIII, en la región de la Toscana, más concretamente en Siena, atribuyéndole su invención a unos pasteleros que, en señal de ofrenda, habrían preparado este plato para Cosme III de Médici.
Otras versiones, tanto o más fantasiosas, señalan que pudo ser un obsequio al estadista Camillo Benso por parte de una pastelería de Turín o, que incluso, nació en los burdeles como alimento afrodisiaco.
Lo cierto es, que la primera referencia escrita y fehaciente sobre esta receta, nos lleva a los agitados años 60, al restaurante Alle Beccherie de Treviso, donde, probablemente, su pastelero, Roberto "Loli" Linguanotto, incubó el tiramisú.
Cómo hacer tiramisú en Thermomix
Sea como fuere, y aunque muchos cocineros de vanguardia abjuran de él por considerarlo viejuno, el tiramisú sigue gustando, y es por eso que hoy le rindo mi particular homenaje, presentando esta receta de Thermomix que trata de atesorar el verdadero espíritu del tiramisú italiano.
Ingredientes:
Café expreso frío (bizcocho) 350 ml.
Amaretto Disaronno (bizcocho) 70 ml. - Comprar
Bizcocho de soletilla o savoiardi (bizcocho) 200 g.
Queso mascarpone (crema) 500 g.
Huevos M (crema) 5 unidades
Azúcar blanquilla (crema) 100 g.
Azúcar glas 15 g.
Zumo de limón (crema) 2 ml.
Cacao puro en polvo desgrasado para espolvorear (decoración)
Elaboración:
Lo bueno de este postre es que puede solucionarse con ingredientes sencillos y ya preparados, además de no necesitar horno. En cualquier caso, si nos vemos motivados, y buscamos resultados más auténticos, podemos preparar nosotros mismos el bizcocho de soletilla, siguiendo las instrucciones del bizcocho genovés que explica Cristina en la receta de la Tarta de piononos. Si no queremos complicarnos podéis comprarlos directamente ya hechos.
Es importante utilizar un café de calidad. Olvídate de cafés solubles y sucedáneos torrefactos que, entre otras cosas, están repletos de acrilamida, un carcinógeno humano conocido. En nuestra cafetera italiana de toda la vida preparemos un café arábico bien cargado. Cuando lo tengamos listo, lo dejaremos enfriar, y acto seguido, lo alegraremos con el amaretto.
Entretanto, nos pondremos manos a la obra con la crema de mascarpone. Colocaremos las mariposas a nuestra Thermomix, y separaremos las yemas de las claras, añadiendo las primeras al vaso junto a los 100 g de azúcar. Programaremos 6 minutos, a 80 °C y velocidad 3 y medio. Con esto conseguiremos que el azúcar se disuelva completamente.
Pasaremos la mezcla a un cuenco y con unas varillas manuales, iremos incorporando el mascarpone, tratando de integrar bien todos los ingredientes. La consistencia del mascarpone, lo hace proclive a que se formen grumos, por lo que tendremos que ser muy cuidados y pacientes, agregándolo en pequeñas tandas y batiendo bien para que todo quede homogeneizado.
Seguidamente, limpiaremos el vaso a conciencia, pues cualquier rastro de grasa, podría entorpecer el montado de las claras. Manteniendo la mariposa, meteremos las claras a la vez que el limón, que puede sustituirse por crémor tártaro, ya que su cometido es mantener estable la mezcla una vez esté a punto de nieve. Agregaremos también el azúcar glas.
Para montarlas, tan solo tendremos que programarla 6 minutos a velocidad 3 y medio. Las claras deben quedar perfectamente montadas, formando lo que se conoce como pico de loro. En caso de que el postre no vaya a consumirse en las próximas 48 horas, te recomiendo que pasteurices previamente las claras, o que las compres ya pasteurizadas.
Incorporaremos las claras a la mezcla del mascarpone, poniendo especial énfasis en este paso. Emplea, preferiblemente, una lengua. Se trata de mezclar, y no de batir. Con movimientos suaves y envolventes, del centro hacia fuera y de arriba a abajo, iremos encapsulando el aire, al mismo tiempo que evitamos que la mezcla se venga abajo. Debe quedar muy aireada.
Finalmente, montaremos el tiramisú. En la típica fuente refractaria para horno, iremos acomodando una capa de bizcocho, que habremos empapado previamente en el café. Al igual que cuando hacemos torrijas y las mojamos en leche, les daremos una vuelta y vuelta muy rápida, evitando a toda costa que puedan deshacerse. Sobre la capa de bizcocho, extenderemos otra de crema mascarpone.
Volveremos a poner otra capa de bizcocho, y finiquitaremos con una capa superior de crema, para la que emplearemos, si disponemos de ella, una manga pastelera con boquilla rizada, con la que conseguiremos un aspecto mucho más apetitoso. Dejaremos que el tiramisú repose y enfríe correctamente filmando en la nevera, durante al menos 4 horas antes de servirlo.
Como sugerencia de presentación, os propongo, que con un colador espolvoreéis una fina capa de cacao en polvo. Decoraremos con alguna hojita de menta. En los últimos años, se ha vuelto muy popular en Italia, la crostata de tiramisú. Esta, utiliza la receta básica del tradicional postre, y conforma una tarta, usando para ello como base una masa quebrada.
¡Qué aproveche!
Puedes ver la receta así como otras muchas recetas hechas con Thermomix, así como consejos para sacarle el maximo partido, en la web de Cocina Thermomix.