Ingredientes:
400 gramos de harina (y algo más para amasar después)
300 gramos de azúcar.
100 gramos de aceite de oliva virgen extra.
90 gramos de zumo de naranja.
70 gramos de anís.
225 gramos de almendra sin piel y molida*.
7 gramos de bicarbonato.
40 gramos de levadura prensada de panadero.
1 huevo.
Ralladura de limón y naranja.
Huevo batido para pincelar.
Azúcar para espolvorear.
* A mi me gusta comprar la almendra cruda pelada, luego en casa le doy un ligero tostado en el horno y finalmente la muelo.
Elaboración:
En un bol colocamos la harina y la levadura desmenuzada sobre ella. Añadimos el bicarbonato, el azúcar, las ralladuras y la almendra molida y mezclamos bien.
Hacemos un volcán con los ingredientes secos y en el centro añadimos el anís, el aceite (que previamente habremos calentado con una piel de naranja y dejado enfriar después), el zumo de naranja y el huevo batido.
Amasamos bien, con calma y evitando estrujar la masa (como dice mi padre, a la masa hay que acariciarla). Primero amasamos en el mismo bol y después sobre una superficie enharinada. En este momento podemos espolvorear la masa con un poquito más de harina pero sin excedernos.
Cuando la masa esté lista (podremos hacer una bola con ella pero seguirá siendo una masa blandita y ligeramente pegajosa) la dejamos reposar unos 20 minutos (la masa apenas levará). Tras el reposo tomamos porciones de la masa, les damos forma de tortita, la aplanamos y le hacemos unos agujeritos con los dedos (tal y como se ve en la foto). Pincelamos con huevo batido espolvoreamos con una cantidad generosa de azúcar y las dejamos reposar otros 30 minutos.
Pasado este segundo periodo de reposo horneamos nuestras tortas a 200º (yo lo hice en el horno de leña pero pueden hacerse sin problema en el de casa).
El tiempo de horneado dependerá, como siempre, de cada horno. Lo ideal es que queden doraditas. Y listo.