Uno de los licores italianos más conocidos es el Limoncello, muy utilizado además para hacer postres y dulces por su poder aromatizador. Se obtiene de la maceración de las cortezas de limón en alcohol, pero no cualquier tipo de limón, ya que en su forma original debían ser los cultivados en la costa napolitana. Para disfrutar más de su suave sabor, se sirve muy frío o a temperatura ambiente.
Imagen: Flickr.com de JuditK
Más fuerte son los licores italianos Grappa, muy parecido al orujo que nos pueden poner en un bar español. Se elabora a partir de las cáscaras que no han sido útiles en la vendimia, y actualmente en Italia ha desbancado a muchos vinos como protagonista de la sobremesa. Hay muchas variedades, pero la más famosa es la que se produce en el Véneto, al norte de Italia. Se sirve muy frío y sin mezcla.
El Amaretto es otro de los grandes licores italianos. Tiene esencias de vainilla, lo que le da un toque afrodisíaco, y de otras diecisiete plantas y frutas aromáticas. Lo completan el dulzor de los huesos de albaricoque, el amargor de las almendras y el alcohol puro. Todo ello resulta en uno de los licores más utilizados en toda Italia, tanto para beberlo solo y con hielo como para mezclarlo con algún cítrico o aderezar postres, como el conocido Tiramisú.
Imagen: Flickr.com de Swanksalot
Por último, la Sambuca. Se trata de un licor obtenido a partir del anís (semillas de anís destiladas), azúcar y aromas naturales. Tiene muchas formas de degustación: sola o con hielo, tras tomar un café o con unos granos de café ('sambuca con mosa'); con agua fría para quitar la sed y refrescarnos en verano; como aderezo del café; o flameada en un vaso de tubo para que salga a relucir su aroma y beberla de un trago.
Texto de Pablo Girón
¿Habéis probado alguno de estos licores? ¿Qué os han parecido?
Fuentes: Wikipedia, Directoalpaladar.com y Ambitalia.com.uy