Seguimos con la ola de calor, y nada mejor para combatirla que este nuevo helado casero. El otro día volví a sacar mi heladera para preparar este helado, ahora que encontramos frutos rojos en casi todos los super con facilidad (hace unos años era difícil encontrarlos, por lo menos por aquí). De nuevo un helado de queso, ésta vez de mascarpone, aderezado con mermelada de frutos del bosque (frambuesas, grosellas y fresas). El resultado muy bueno y casero, que es lo mejor. Si no tenéis heladera podéis hacerlo sin ella, removiendo cada media hora la mezcla congelada. O congelando y luego batiendo con un robot potente como la Thermomix.
INGREDIENTES:
Para el helado:
250 gr. de queso mascarpone
1 yogur natural
200 ml. de nata (crema de leche)
150 ml. de leche entera
150 gr. de azúcar
2 cucharadas de miel o azúcar invertida
Para la mermelada:
50 gr. de frambuesas
50 gr. de fresas
50 gr. de grosellas
75 gr. de azúcar
1 poco de zumo de limón
PREPARACIÓN:
Primero preparamos el mix del helado, para ello mezclamos todos los ingredientes batiendo un poco, pero no en exceso, sino lo suficiente para que el queso quede integrado. Metemos en el frigorífico durante unas cuatro horas como mínimo. Después haremos la mermelada, como es poca cantidad no necesitamos esterilizar nada, pues casi toda la vamos a usar en el helado, y la que sobre la podéis dejar para unas tostadas. Para ello ponemos a fuego lento en un cazo las frutas limpias, junto con el azúcar y un poco de zumo de limón y dejamos durante una media hora, hasta que se reduzca. Ponemos en un cuenco, tapamos con papel film y dejamos enfriar.
Cuando hayan pasado como mínimo las cuatro horas ponemos la heladera en marcha (la mía tiene que estar con la cubeta congelada por lo menos desde 24 horas antes), ya sabéis que empezaremos a verter la mezcla una vez que ésta ya esté funcionando. Dejamos durante unos 30 minutos o hasta que veamos que la mezcla ha mantecado bien. Una vez terminado vertemos en un recipiente añadiendo cucharadas de mermelada entre el helado, para que quede finalmente el aspecto de los comerciales. De hecho cuando Laura lo vio terminado me dijo que parecía que había comprado el helado. Congelamos hasta la hora de servir, que podemos hacerlo junto con unos cuantos frutos rojos.
Pues os dejo esperando que os animéis a hacer helados caseros, hay heladeras a muy buen precio en el mercado, y si es verdad que nunca se consigue la misma cremosidad que los comerciales los resultados son más que buenos, y con la garantía de saber lo que coméis.
Feliz inicio de semana.