“Es mejor tomarse un café malo que no tomar café” – David Lynch
¿Has soñado alguna vez que nadabas en una piscina de café? ¿Has pensado alguna vez en sorber lo que se queda en el platito de la taza? Si la respuesta es “no”, deberías “cafetear” más tu mente y en todo caso no deberías seguir leyendo esta entrada.
Café, café, café. La palabra resuena en mi mente nada más oír el despertador. No puedo empezar el día sin una buena taza de café. Me declaro “coffeeaholic”.
Ya sé, ya sé, a lo largo de su historia ha sufrido rachas de mala reputación. Durante muchos años nos han machacado con que su consumo puede ser perjudicial para nuestra salud. Pero hoy en día las cosas han cambiado. Estudios recientes presentan un horizonte mucho más esperanzador para nosotros, los amantes del café.
El doctor Rob van Dam, autor de estudios sobre Café y Salud en la Universidad de Harvard, dice que para cuidar nuestra salud debemos centrarnos en otros factores como la actividad física, comer bien o dejar de fumar pero no demoniza al café. Cada vez son más las investigaciones que dotan al café de efectos beneficiosos.
En una última visita a mi médico de cabecera me indicó que debería beber más agua y le contesté, medio en broma, que yo bebo mucho café. Me replicó, muy sería, que se refería al agua, no a otros líquidos. Pues bien, últimamente ha caído en mis manos un artículo publicado en la revista Plos One, que afirma que el café no deshidrata. De hecho, cuatro tazas diarias equivale a la misma cantidad de líquido que su equivalente en agua. Es más, dice el artículo, su llamado efecto diurético solo se produce cuando se toman dosis excesivamente altas de cafeína. Un consumo moderado no tiene consecuencias al respecto.
Dicho todo lo anterior, voy a enumerar la lista de razones por las que me permito, tras leer mucho sobre el tema, seguir tomando café:
1. Porque me gusta el café y me produce satisfacción tomarlo
No hacen falta más explicaciones.
2. Porque me ayuda a perder peso
Además de ser un alimento prácticamente libre de calorías, el café puede ayudar a saciar levemente el apetito. No es la panacea para la lucha contra los kilos de más, pero sí es cierto que tiene algunos beneficios. El café aporta muy pocas calorías (2 por cada taza), genera sensación de saciedad y tiene un leve efecto lipolítico. Esto significa que tomar café por la mañana facilita que el organismo consuma grasas acumuladas. Según un estudio de la Universidad de Scranton de Pennsylvania, el café tiene una sustancia que evita que el cuerpo absorba todas las calorías que recibe de los carbohidratos y grasas.
3. Porque me ayuda a concentrarme y mejora mi memoria
Los efectos de la cafeína sobre el cerebro son muy evidentes: mejora el estado de ánimo y también la memoria, el tiempo de reacción y la función cognitiva general. En concreto, tomar de tres a cuatro tazas al día ayuda a activar y aumentar la capacidad de alerta, además de permitir que se mantenga la concentración durante más tiempo.
En dosis moderadas, el consumo de café ayuda a prevenir algunas enfermedades, en especial, las enfermedades neurodegenerativas, como Parkinson o Alzheimer, ya que contribuye a conservar la memoria y aumenta el rendimiento físico y mental
4. Porque es bueno para mi corazón.
La moderación es clave en los asuntos del corazón y no me refiero a los asuntos amorosos. Cuando el café se consume con moderación tiene un efecto cardioprotector. Así, tomar de dos a cuatro tazas diarias de café disminuye el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca. Abusar no es bueno: cuando la dosis del café aumenta (más de seis tazas) se pierden estas propiedades e incluso aumentan las probabilidades de desarrollar problemas graves de corazón.
Ver también el artículo El café es bueno para el corazón
5. Porque es antidepresivo
Debido a su poder estimulante y energizante, el café es un gran aliado para regular el estado de ánimo. Esta bebida actúa sobre tus neurotransmisores, y así provoca que liberen enforfinas y dopamina, dos sustancias clave para contrarrestar la depresión.
6. Porque es bueno para el estreñimiento
Bien, bien, la llamada intestinal para ir al baño después de tomarnos la primera taza de café del día se debe a que la cafeína estimula y aumenta las contracciones del intestino ayudándole a empujar los residuos más rápidamente. Es un poco escatológico, vale.
7. Porque retrasa el envejecimiento
Por su alto contenido en antioxidantes, tomar 2 a 4 tazas diarias puede detener el deterioro celular y, de este modo, retardar el proceso de envejecimiento.
8. Porque “tomar un café” siempre es una buena excusa para quedar con un amigo
WISH IT, DREAM IT, DRINK IT