Son unos pequeños bocados, deliciosos para preparar en un santiamén y disfrutar al máximo en cualquier ocasión.
Notaréis que la textura de estas pequeñas bolitas, son suaves y crujientes.
Además, son una alternativa vegana, muy rica, para sustituir las albóndigas clásicas, de esta manera, con una preparación muy sencilla, obtendremos unas sabrosas albóndigas vegetarianas.
Este plato se elabora mucho en el Italia, donde elaboran a la perfección, pasta, pizzas y son unos expertos culinarios en muchas otras especialidades, como es el caso de las albóndigas, conocidas allí por el nombre de Polpette.
Las cocinan de muchísimas maneras, con muchos ingredientes diferentes. Si queréis ver la receta original, os dejo el enlace del blog de Giallo Zafferano, aquí.
Te invitamos a que pruebes éstas de berenjena, ya que quedarás gratamente sorprendido con su sabor.
¡ya sabes, si te gustan las berenjenas, estás son tus albóndigas!
Ingredientes (17 albóndigas)
1 o 2 berenjenas (300g de pulpa)
1 huevo
4 cucharadas soperas de pan rallado
4 cucharadas soperas de queso parmesano, rallado
1 diente de ajo pequeño, sin el germen
Sal
Pimienta negra
Perejil picado
Pan rallado para rebozarlas
Aceite de oliva para freírlas
Preparación
Empezaremos precalentando el horno a 180º.
A continuación, lavaremos las berenjenas, las secaremos bien y las impregnaremos en aceite, las pondremos en una bandeja de horno y las dejaremos en él interior hasta que estén asadas.
A medida que vayáis viendo, que se van haciendo, por un lado, deberéis irles dando la vuelta para que no se quemen.
Siempre, el tiempo para asarlas dependerá del tamaño de las berenjenas y del horno.
Una vez estén las berenjenas cocidas, las retiraremos y reservaremos hasta que estén frías.
Una vez frías, les quitaremos el tallo y las pelaremos, las dejaremos en un colador y las iremos chafando para quitarles el exceso de agua.
A continuación, las trocearemos en trocitos pequeños y las dejaremos en un bol.
Añadiremos al bol, en el que habíamos reservado las berenjenas y añadiremos el huevo; el pan rallado; el diente de ajo picado y el perejil; también previamente picado; el queso; sal y la pimienta, al gusto.
Removeremos todos los ingredientes bien, para que se vayan mezclando e iremos amasando un poco, si queréis con las manos.
Si vemos que nos queda la masa demasiado pegajosa, podemos añadir un poco más de pan rallado.
Para que la masa adquiera un poco de cuerpo, es necesario que la dejéis reservada en la nevera, durante un par de horas, cubierto con papel film.
Transcurrido este tiempo cogeremos, con la ayuda de una cuchara, pequeñas porciones de la pasta del tamaño de una nuez y les iremos dando una forma redondeada. Después, las pasaremos por pan rallado.
Ahora, solo nos quedará freírlas en abundante aceite caliente y a medida, que las vayamos teniendo doradas, las reservaremos en papel absorbente para que recoja el exceso de aceite.
Podéis servirlas calientes o frías, aunque están mucho más buenas, recién hechas y calentitas.
Espero que os guste esta receta
Buen provecho!