Por supuesto las recetas son infinitas, pero yo desde la primera vez he probado esta y me ha gustado el resultado. Normalmente lo sirvo con nachos, sustituyo la nata (crema de leche) agria por “quark” o yogur griego desnatado y lo acompaño con una ensalada ligera, ya que el chili de por sí es un plato bastante pesado.
Se pican la cebolla, los dientes de ajo, el puerro (y un pimiento verde, que yo no lo pongo porque me hace daño al estómago) y se pone a freír todo junto a fuego lento con un poco de aceite hasta que ablande. Se añade la carne y se dora, y por último los tomates cortados y pelados y el concentrado de tomate. Cuando el tomate esté hecho puré y bien mezclado, se añaden por último las dos latas de judías y se deja cocer todo junto a fuego lento unos 20 minutos, removiendo de vez en cuando.
Según la receta, se sirve con crema ácida que yo sustituyo por yogur o quark 0%, y también con nachos o tortillas, que en mi caso ya ni sustituyo, sino que simplemente elimino, ya que el chili con carne es un plato bastante contundente, que aunque no lo comas con pan, arroz ni otro tipo de hidrato, por desgracia no es para nada “low carb” en sí mismo, ya que las judías son en sí mismas carbohidratos (pero esto daría para otro post, ya que contrariamente a mis creencias cuando me pusieron a dieta muy a mi pesar, descubrí que hasta la fruta son carbohidratos… ¡en fin!)
¡Buen provecho!
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