¡Hola!
Me propuse publicar más en el blog, pero hay veces que se me hace cuesta arriba, y ahora terminando la carrera (estoy en el último empujoncillo) parece que el tiempo se agote tres veces más rápido.
La almendra crocanti que os traigo hoy surgió de la necesidad de decorar una tarta (la tarta de queso japonesa, que espero poder poner más adelante). Como la textura de esta tarta es tan suave, y como toda ella es blanca, buscaba algo para decorarla que fuese sencillo y que a la vez no fuese demasiado duro (es por ello que descarte poner los cristalitos que venden preparados para decorar tartas).
El resultado, además de bonito, es un sabor suave y una textura que podemos "regular" según le vaya a nuestro postre. Además, jugando con los colorantes, las posibilidades de color son infinitas.
Ingredientes:
cubitos de almendras
azúcar
colorante alimentario (en mi caso usé solamente el rojo)
Preparación:
En una sartén antiadherente tostar los cubitos de almendra con mucho cuidado que no se quemen.
Cuando estén algo colorados poner azúcar a cucharadas y unas gotas del colorante y no dejar de remover.
Rectificar de colorante o de azúcar según nuestro gusto y lo crujiente que lo queramos.
Cuando el azúcar se haya caramelizado ponemos la mezcla en una superficie fría y no lo tocamos porque quema. Quedará como en la foto anterior, como a pegotitos.
Cuando se haya enfriado como para no quemarnos, con las manos desgranamos los pegotes y nos quedarán los cubitos sueltos.
Usar o guardar en un bote de cristal cerrado
Espero que os sea útil :)
Besos de colores