Un arroz caldoso siempre se agradece cuando hace frío, aunque hay que decir que aquí tenemos un tiempo más que primaveral, más propio de época fallera que de la que estamos. Es desconcertante que finalizando el mes de enero los termómetros no bajen de los14ºC e incluso llegar a los 18ºC, lo cual no es buena señal en absoluto.... el cambio climático es tan real que no entiendo como hay quién lo niega.
Esta vez el arroz es completamente vegano, sin carne ( o sin chicha ni limoná como dirían algunos, que no conciben que no haya ni un cachín de tocino, chorizo,etc.. en un plato de cuchara jejeje)
100 gr de arroz
1 cebolla
1 patata grande o dos medianas
2 puñados de judías verdes congeladas ( lo siento no tengo el peso de ésto )
1/2 cucharadita de pasta de ajo o 1 diente de ajo grande
5 cuch. de tomate natural triturado
2 pastillas de caldo de verduras ( puedes usar de caldo de pollo, pero ya no será vegano)
1 1/4 l. de agua
aceite de oliva virgen extra
Pimentón dulce
sal
curcuma
Picamos fina la cebolla. Pelamos las patatas y las cortamos en trozos medianos. Ponemos a calentar el agua ( ya sea al fuego o en el microondas)
En una cacerola con aceite, pochamos la cebolla con un ligero toque de sal ( muy poquito ya que las pastillas de caldo aportarán sabor ) hasta que esté transparente. Añadimos las patatas y salteamos el conjunto a fuego medio durante 2 minutos. Añadimos el ajo y mezclamos bien para que se impregne del aroma del ajo. Añadimos las judías verdes y salteamos el conjunto 1 minutos más. Espolvoreamos con un buen toque de pimentón dulce, mezclamos bien y añadimos enseguida el agua para evitar que el pimentón se queme. Añadimos curcuma, y el tomate triturado, mezclar y esperar a que rompa el hervor.
En ese momento añadir el arroz y cocer a fuego medio - bajo tapado. Remover de vez en cuando.
Estará listo cuando el arroz esté cocido. Ir controlando los tiempos ya que no interesa que el arroz se pase de cocción, mejor que quede un poco entero antes que muy hecho.
Y ya tenemos un rico arroz del que disfrutar , fácil de hacer y de coste económico al alcance de cualquier bolsillo
Nota: Lo ideal es que las judías fueran frescas, pero las congeladas quedan muy bien y son más bastante más baratas de coste.
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