Ya que a todos los blogeros cocineros les dió en su momento por publicar la receta de azúcar invertido y yo siempre voy con retraso, ahora es mi momento.
Realmente no es indispensable, pero es un complemento o compañero en el mundo de la repostería, especialmente para helados, pero también puede usarse en bizcochos, panes...
La receta la he sacado del blog de Maria dolores: Cuinant. Sale genial, se hace en un plis y va de lujo, así que más o menos lo defino como ella hace:
El azúcar invertido es como un almíbar, con unos efectos parecidos a los de la miel, pero sin ese sabor tan natural. Tiene hasta un 30% más de poder endulzante que el azúcar común por lo que también reduce el contenido calórico del plato.
Retrasa el resecamiento de la bollería por tener la propiedad de retener la humedad, por eso aunque a nivel casero no es (o era) muy conocido, sí lo es a nivel profesional; además de que también aporta brillo al resultado.
Tal y como he dicho antes, su mejor uso está en los helados ya que tiene un poder anti-cristalizante que hace que no se formen capas de hielo sobre estos, dejándolos por tanto más cremosos.
Las proporciones para sustiruirlo por azúcar normal son:
En helados: sustituir el 25% del azúcar por azúcar invertido. (200 gr. de azúcar en la receta original serían 150 gr. de azúcar y 50 gr. de azúcar invertido)
En bollería y bizcochos: sustituir entre un 10 y un 20%.
En panadería sustituir el 50% del azúcar.
Dicho esto, pongo la receta:
Ingredientes:
2 sobres de gasificante, 1 de cada color (en Hacendado o Caprabo se encuentran con facilidad).
350 gr. de azúcar blanco común
150 ml. de agua mineral (embotellada)
Preparación:
Poner el azúcar y el agua en un cazo al fuego con el sobre de ácido tartárico (el sobre blanco normalmente), remover hasta que hierva y apagarlo.
Dejarlo enfriar hasta que no queme, más o menos unos 20-25 minutos y entonces añadir el sobre de bicarbonato sódico (el sobre azul o morado normalmente) y remover un momento. Hace un poco de espuma pero en unos minutos desaparece.
Dejarlo enfriar al completo antes de ponerlo en un tarro y taparlo. Se conserva sin refrigerar y sin luz ni calor directo y puede aguantar hasta un año.
¿No es fácil? En un momento está hecho y os aseguro que para los helados es genial!:)
Feliz año 2014!