Si lo se, soy una pesada con el bacalao, pero no lo puedo remediar, es uno de mis pescados favoritos, y además admite tantas y tantas formas de hacerlo.
En este caso está, además, acompañado por una buena ración de verduras, que no lo desmerecen ni un ápice.
Esta receta de hoy es además muy sencilla, o sea que no admito excusas.
Vamos a por ella.
INGREDIENTES (2 raciones):
1 calabacín mediano.
1 puerro mediano.
Medio pimiento rojo
Medio pimiento verde
Dos tomates maduros pequeños
4 filetes de bacalao
1/4 cucharadita de tomillo
Aceite de oliva
Aceite de girasol para freír
Harina normal para rebozar el bacalao
Sal al gusto
Azúcar
ELABORACIÓN:
En primer lugar lavamos y cortamos las verduras, partidas a groso modo, pero no muy grandes.
En una sartén ponemos un poco de aceite de oliva a fuego medio e iremos añadiendo las verduras.
En primer lugar ponemos el puerro y lo tendremos unos 3 minutos, añadimos los pimientos y lo tendremos pochando todo junto durante unos 5 minutos.
Ahora pondremos los calabacines y los rehogaremos unos 3 minutos más.
Por último añadimos el tomate, y un poquito de azúcar (1/4 de cucharadita), lo rehogamos un par de minutos y añadiremos el tomillo y la sal al gusto.
Lo tendremos pochando hasta que veamos que el tomate está bien hecho, yo lo tuve unos 15 minutos, lo retiramos del fuego y reservamos.
En otra sartén podremos abundante aceite de girasol para freír, a fuego medio alto.
Rebozamos el bacalao en harina, le golpearemos para que caiga el exceso de harina, y freiremos hasta que esté bien dorado. Un par de minutos por cada lado.
Los sacamos y los escurrimos en papel absorvente.
Servimos el bacalao junto con el pisto.
Ya veréis que cosa más rica, si lo probáis me contáis.
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Un beso enorme a todas/os.
Fuente: este post proviene de Cocina de una bancaria estresada, donde puedes consultar el contenido original.
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