Yo lo vi anunciado en Teletienda (¿Quién me manda a mí tener la tele encendida en esos canales?) y actué como buena compradora impulsiva: no me lo pensé dos veces.
En el anuncio, todos los que usaban el Sauna Reducer se lo quitaban supuestamente a los 50 minutos mostrando un abdomen sudoroso y un “six pack” perfecto.
Vale, hay que ser muy crédula para pensar que a ti te va a pasar lo mismo ya desde el primer uso. Además, lo que no cuentan en el anuncio es que en el paquete viene una dieta de 7 días para ayudarte a quemar grasas más rápidamente. Una vez más, para milagros a Lourdes. Pero, ¿por qué no probarlo? Además, el precio no es excesivamente elevado: en estos momentos lo tenemos por 56,50 euros en Amazon.
Descripción del producto
En el embalaje, además del Sauna Reducer y el papelito con la dieta, viene un centímetro para medirte el antes y el después.
El Sauna Reducer es una banda de un material robusto pero ligero, con un velcro por detrás, y un cable que se enchufa a la electricidad, con un botón regulador de temperatura. Es flexible y suave al tacto, aunque se nota el cableado que lleva por dentro. Parece una variante de una especie de manta eléctrica.
¿Cómo usar el Sauna Reducer?
Antes de usarlo por primera vez, hay que medirse el perímetro barriguil con el centímetro que viene con él. A mí me salió la friolera de una tripa de nada menos que 81 cm.
El Sauna Reducer se ajusta a la barriga abrochándolo por detrás mediante el velcro. Según las instrucciones debe quedar un tanto holgado, así que nada de apretarlo cual corsé de la señorita Escarlata.
Una cosa a tener en cuenta es que vamos a tener que estar 50 minutos con él puesto, y al ir enchufado a la corriente eléctrica, no vas a poder moverte libremente por la casa durante todo ese tiempo. ¡A no ser que lo conectes a un alargador, claro!
Así que, después de medirse la circunvalación de la tripa, es recomendable tener a mano agua, café, cigarrillos o cualquier otra cosa que pudieras ir a necesitar en este rato. Luego, enchufarlo a la electricidad, poner el calor deseado (yo lo pongo al máximo y la verdad es que no noto un calor exagerado, pero es cosa de ir probando).
Y nada más, ponerte cómoda, enchufarte Netflix, leer un libro o incluso planchar, como hace una de las que salen en la publicidad del producto. Lo único con lo que dice que hay que tener cuidado es no quedarse dormida mientras lo usas, ya que podrías achicharrarte. Y, por supuesto, no usarlo en contacto con agua u otros líquidos. ¿Recuerdas que estás directamente conectada ni más ni menos que a 220 voltios?
¿Funciona el Sauna Reducer?
Desde luego, la primera vez no. O al menos, no en mi caso. Después de los 50 minutos de rigor, mi tripa seguía midiendo 81 cm. Además, de allí no surgió el vientre perlado de gotas de sudor de los anuncios, solo un poco enrojecido por el calor.
Evidentemente, hay que usarlo un tiempo y ser constante. Además, la dieta también es un factor importante de éxito. No necesariamente la dieta que pone el librito, pero simplemente no cometer excesos durante una temporada.
Yo no hice la dieta que viene en el papelito ese, pero después de una semana y media descubrí que mi tripa había bajado a 79 cm. Sí es cierto que durante esos días tampoco comí mucho a causa de un viaje en avión que tenía que hacer (¡y me da pánico volar!).
Con excepción de los cinco días que pasé de viaje, ya llevo tres semanas usándolo. En estos momentos mi tripa anda por los 78 cm. El “six-pack” todavía me parece bastante irrealizable, pero supongo que una vez perdida parte de la grasa abdominal, lo único que ayuda a sacar los abdominales perfectos es el ejercicio localizado.
En fin, como conclusión solo me queda decir que seguiré usándolo y, venciendo mi vagancia natural, dentro de una semana entraré en la segunda fase en que lo combinaré con tablas de abdominales para ir viendo mejores resultados. De momento no puedo decir aún si cumple lo que promete, porque todavía es muy pronto, pero pudiera ser que poco a poco se vaya produciendo un cambio.
The post appeared first on Cosas de Lucía.