Las berlinas de azúcar, también llamadas berlinesas, berliner pfannkuchen en Alemania, bolas de Berlín en Portugal o bolas de fraile, son un dulce sumamente popular, no sólo en Alemania de donde se supone su origen, sino en infinidad de países. Debido seguramente a la inmigración alemana en América, este postre es ya considerado como un bocado propio de la cocina local en países como Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay o Venezuela.
Se trata de una bola de masa fermentada al igual que los famosos donuts, que se fríe en abundante aceite y que posteriormente se reboza en azúcar y se rellena de forma variada, según las costumbres de cada país y cada casa. El chocolate, negro o blanco, el cabello de ángel, la nata (crema de leche), mermelada o la crema pastelera son las opciones más socorridas para rellenar este bollo de masa.
Hoy hemos preparado unas estupendas berlinas de azúcar, berlinesas rellenas de crema pastelera. Tengo en mis recuerdos de la infancia unas bombas totalmente industriales que se comercializaban rellenas de crema pastelera y que en contadas ocasiones nos permitían comprar. Se trataban de eso, de unas berlinas de crema que son el origen de mi afición por este dulce. Aunque reconozco que no es un postre que prepare con asiduidad, principalmente porque son lo que son, unas bombas de calorías, de vez en cuanto me doy un capricho y preparo unas berlinas caseras que nada tienen que envidiar a esas que recuerdo de la infancia, sino más bien todo lo contrario, ya que están absolutamente de rechupete.
INGREDIENTES
250 gr. harina de fuerza
3 gr. sal
1 huevo
30 gr. mantequilla Central Lechera Asturiana a temperatura ambiente
45 gr. azúcar
15 gr. levadura fresca de panadero
Ralladura de naranja
100 ml. agua
Las semillas de 4 vainas de cardamomo (opcional)
Aceite suave para freír (oliva o girasol)
Azúcar para rebozar
200 gr. crema pastelera, nata montada (crema de leche), crema de chocolate (la que más os guste para el relleno)
PREPARACIÓN DE LAS BERLINAS RELLENAS
En un bol grande mezclamos todos los ingredientes excepto la mantequilla. Mezclamos inicialmente los ingredientes en el mismo bol con una cuchara de madera, y volcamos la mezcla sobre una superficie de trabajo.
Amasamos durante 10 minutos. Tendremos una masa manejable y que no se nos pegará a las manos.
Cortamos la mantequilla en dados y la incorporamos a la masa. Al comienzo la masa será totalmente pegajosa e intratable, pero a medida que vayamos amasando se volverá lisa brillante y manejable. No desesperéis, os aseguro que la transformación es posible, aunque inicialmente os parezca imposible.
Colocamos la masa en un bol ligeramente engrasado y la dejamos que repose tapada con un paño, en un lugar cálido, durante 2 horas, hasta que haya doblado su volumen. Yo suelo dejarla dentro del horno, previamente templado, apagado y cerrado.
Cuando vemos que la masa ha crecido lo suficiente la desgasificamos, le eliminamos el gas que ha quedado atrapado en su interior por efecto del fermentado y volvemos a dejarla en reposo. En este punto tenemos varias opciones, podemos dejarla con una fermentación lenta, dentro de la nevera, tapada con papel film, hasta el día siguiente o esperar unas 3 o 4 horas de fermentación en un lugar cálido de nuevo. Os lo dejo a vuestra elección, yo suelo dejar la masa de un día para otro, así no acumulo el trabajo y puedo disfrutar de este postre en el mismo día.
Si habéis optado por la opción de la fermentación en frío, retiramos la masa del frigo y la dejamos en el exterior durante 1 hora antes de seguir el proceso, hasta que la masa se atempere. Pasado este tiempo dividimos la masa en porciones de unos 45 gr. cada una y les damos forma de bolita.
Colocamos las porciones sobre un papel sulfurizado encima de una bandeja y las dejamos que reposen de nuevo hasta que doblen su volumen, unas 2 horas en un lugar cálido, por ejemplo en horno templado, apagado y cerrado.
En una sartén profunda calentamos abundante aceite para freír. Es importante que las berlinas floten en el aceite por eso os aconsejo una sartén con bastante fondo o incluso una olla pequeña para este proceso. Cuando el aceite esté caliente incorporamos 2 o 3 unidades de berlinas ayudándonos del papel vegetal para evitar que las piezas se deformen y pierdan aire en el traslado de la bandeja a la sartén.
Freímos a temperatura media para asegurarnos que quedan doradas por el exterior y bien cocinadas por dentro, primero por una de sus caras y luego por la otra.
Retiramos las berlinas de la sartén y las vamos colocando en un plato con azúcar para rebozarlas directamente salidas de fuego. Una vez rebozadas las retiramos a una nueva bandeja y dejamos que se enfríen antes de proceder a su relleno.
En este punto podemos rellenar nuestras berlinas con lo que más nos guste, yo he optado por hacerlo al estilo más tradicional, con crema pastelera (podéis ver como se hace en esta receta), pero quedarían de rechupete con crema de chocolate o nata montada (crema de leche).
Con una manga pastelera con boquilla o incluso un biberón de boca ancha, rellenamos las berlinas haciendo primero un agujero por uno de sus laterales, facilitándonos así el proceso. Rellenas cada berlina hasta que vemos que la crema comienza a salirse por el agujero.
Una vez finalizado el proceso no nos queda más que disfrutar de este pastel sólo o acompañado de un cafecito. Os aseguro que está totalmente de rechupete
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