Aprovechando que viene San Valentín, ¿qué mejor forma de acabar una cena romántica que con un bizcocho afrodisíaco?. Pues aquí tenéis este bizcocho que lleva... ¡¡cuatro ingredientes afrodisíacos nada menos!! jajaja
Llevaba unas cuantas semanas con la idea de hacer un bizcocho con ingredientes afrodisíacos, y me puse a mirar por internet qué ingredientes le podía poner al bizcocho. Además, tenía que quedar bueno,.. ¡¡¡que no es tarea fácil!!! jajaja
Lo que estaba claro es que iba a ser un bizcocho de chocolate, ya que el chocolate es el número uno de los afrodisíacos. Está científicamente demostrado que cuando comes chocolate, tu cuerpo genera sustancias que generan placer. Algunas de ellas son "palabros" como la feniletilamina. (Se sintetiza en el cerebro en momentos como el orgasmo). También, uno de los componentes presentes en el chocolate es la teobromina, que genera sensación de placer.
Después encontré la canela, que se usaba antiguamente como estimulante del deseo sexual, ya que favorece la irrigación sanguínea en la zona abdominal tanto en la mujer como en el hombre. En el caso del hombre ayuda a alcanzar y a mantener la erección.
El jengibre también es uno de los mejores afrodisíacos. Estimula el deseo sexual y favorece la erección. Además, combinado con la canela, aumenta su poder afrodisíaco.
Por último, el cardamomo, que contiene aceites aromáticos, estimula el sistema nervioso y también tiene poderes afrodisíacos.
Por lo tanto, me dispuse a hacer un bombazo de bizcocho juntando todos estos ingredientes afrodisíacos. Al final tuve que hacer dos bizcochos. La primera vez me pasé con el cardamomo y con la harina, pero a la segunda, quedó perfecto. ¡Y la verdad es que funciona! jajaja. Tres de las personas que probaron alguno de los dos bizcochos que hice (entre ellas, yo) tuvieron un calentón al rato de comerlo... por lo tanto, ¡Os lo recomiendo!
Ingredientes
Para el bizcocho:
100 gr. de harina
1 sobre de levadura (tipo Royal)
200 gr. de chocolate negro
100 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
Mantequilla para untar el molde
100 gr. de azúcar
3 huevos a temperatura ambiente
1 cucharadita de canela en polvo
1 cucharadita de jengibre en polvo
3 vainas de cardamomo
Para la cobertura:
200 gr. de chocolate
200 gr. de nata (crema de leche) líquida para montar
25 gr. de mantequilla a temperatura ambientePreparación
Precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo.
Comenzamos con el cardamomo. Muchos de vosotros os preguntaréis qué es el cardamomo y dónde lo podéis conseguir. Yo conseguí las vainas en una tienda de dietética, pero también se puede encontrar en herboristerías o tiendas similares. En la foto de abajo os muestro tres vainas de cardamomo enteras y las semillas de tres vainas, una vez abiertas.
Abrir las vainas usando un cuchillo y cortando la parte más estrecha de la vaina. En la foto, correspondería a la parte de arriba. Machacar las semillas con un mortero (o lo que tengáis más a mano, pero no las pongáis enteras). Aquí tenéis las semillas dentro del mortero:
Y aquí, ya machacadas.
Reservamos las semillas ya machacadas para más tarde.
Vamos con el chocolate. Trocear el chocolate y ponerlo en un bol apto para microondas.
Introducir el bol en el microondas y programar 2 minutos en la opción de descongelar. De esta forma no se quemará. Una vez hayan pasado los dos minutos, sacar del microondas y remover. Si todavía no ha acabado de derretirse, volver a introducir el bol y esta vez, programar un minuto en la opción de descongelar. Una vez haya pasado el minuto, sacarlo y remover. En principio, con estos tres minutos ya es suficiente. Si todavía no se ha derretido, repetir la operación un minuto más.
Añadir la mantequilla.
Remover hasta que la mantequilla se haya integrado con el chocolate y no queden trozos.
Reservar el chocolate. A continuación continuaremos con la harina, la levadura y las especias. Poner en un recipiente la harina.
Añadir el sobre de levadura.
Poner una cucharadita de canela.
Añadir una cucharadita de jengibre.
Mezclar con una cuchara.
Tamizar la mezcla. Como yo no tengo un tamizador, he usado un colador fino.
Aquí tenemos la mezcla una vez tamizada.
A continuación, añadimos a la mezcla las semillas de cardamomo que hemos machacado antes. Y os preguntaréis... ¿Y por qué las ponemos ahora, una vez tamizada la mezcla y no antes de tamizar? Pues porque aunque hayamos machacado las semillas de cardamomo, la mayor parte se quedará en el tamiz, ¡¡porque el tamaño es demasiado grande para ser tamizado!! jajaja. No hace falta que lo remováis.
Reservamos la mezcla. Ahora precederemos a hacer la masa del bizcocho. Yo he usado una Kitchenaid, pero podéis usar cualquier robot de cocina, batidora con varillas, o lo podéis hacer manualmente también.
Partir los huevos y ponerlos en el vaso o en el recipiente que vayáis a usar para hacer la masa.
Añadimos el azúcar.
Si lo hacéis con la Kitchenaid, usad el batidor de pala. Si usáis otro robot, usad el accesorio correspondiente para hacer masa de bizcocho. Si lo hacéis a mano, podéis usar unas varillas.
Batir los huevos y el azúcar hasta que la mezcla esté un poco espumosa y comience a blanquear.
Añadir el chocolate que hemos derretido antes.
Batir hasta que el chocolate se haya integrado.
A continuación, añadimos la harina. Lo haremos cucharada a cucharada. No pondremos la siguiente cucharada de harina hasta que la anterior no se haya integrado.
Aquí tenemos la masa ya terminada:
Poner un molde con forma de corazón sobre una bandeja para horno. Yo suelo poner papel de hornear entre el molde y la bandeja, más que nada para no ensuciar la bandeja. Untar el molde con mantequilla. En lugar de mantequilla yo uso un spray especial para que no se peguen los bizcochos. En principio, si el molde es de silicona no haría falta, pero yo lo suelo poner igualmente.
Verter la mezcla dentro del molde y usar una espátula o una cuchara para igualar la masa, ya que es un poquito espesa.
Poner el molde en el horno que previamente habíamos calentado a 180º con calor arriba y abajo. Hornear durante 35 minutos. Como siempre digo, cada horno es un mundo. Por lo tanto, yo recomendaría que a los 30 minutos, sin apagar el horno, lo abráis un poquito, y con cuidado de no quemaros, pinchad el centro del bizcocho con un palillo. Si el palillo sale seco, el bizcocho está listo. Si sale húmedo, cerrad el horno y seguir horneando unos 5 ó 10 minutos (dependiendo de lo húmedo que salga el palillo). Pasado este tiempo, volver a comprobar.
Dejar enfriar el bizcocho dentro del molde unos minutos y después quitar el bizcocho del molde. Ponerlo sobre una rejilla para que se acabe de enfriar. No hace falta que esté frío del todo para ponerle la cobertura.
A continuación vamos con la cobertura. Haremos una ganaché de chocolate. Partimos el chocolate en trocitos y lo ponemos en un recipiente. Intentad que los trocitos sean pequeños. Así será más fácil que se derrita.
Poner la nata (crema de leche) a calentar en un cazo.
Remover de tanto en tanto. Es muy importante que la nata (crema de leche) llegue a ebullición, ya que si no, será difícil derretir el chocolate. Cuando comience a hervir, retirar la nata (crema de leche) y verterla sobre el chocolate.
Remover con una cuchara hasta que el chocolate se haya derretido.
Añadir la mantequilla.
Remover hasta que se haya integrado.
Ya tenemos la ganaché lista. Colocar un plato bajo la rejilla que tiene el bizcocho. El plato ha de ser más grande que el bizcocho, porque al poner la ganaché por encima, el chocolate caerá en el plato, y de esta forma no ensuciaremos. Si nos falta chocolate, podemos recoger la que ha caído en el plato y volver a ponerla sobre el bizcocho.
Ponemos la ganaché sobre el bizcocho, vertiendo poco a poco el chocolate sobre él y cuidando que no quede ninguna parte del bizcocho sin cubrir con chocolate. A no ser que tengáis un dominio extraordinario con la espátula, no uséis espátula para distribuir el chocolate sobre el bizcocho. Dejad que caiga el chocolate. Así os quedará más liso.
Si os falta chocolate, podéis recoger el que ha caído sobre el plato y volverlo a poner sobre el bizcocho. Dejad que el bizcocho repose para que acabe de caer el chocolate sobrante.
Una vez haya reposado el bizcocho, podéis ponerlo ya en su lugar definitivo, con cuidado de no manchar nada. Si queréis, podéis adornarlo. Yo le puse una rosa de fondant. Si queréis ver cómo se hace esta rosa, podéis verlo en el tutorial sobre cómo hacer rosas con fondant que hice la semana pasada.
Aquí tenéis el detalle de la rosa:
Y aquí tenéis el corte:
Buen provecho y... ¡A disfrutar! jajaja.