Esta receta hace mucho tiempo que la tenia en mi lista de pendientes, el molde también guardado esperando la ocasión, como esta semana ha sido mi vuelta al trabajo y ademas ha hecho muchísimo calor, estaba yo un poco vaga en la cocina.
Quería hacer algo rapidito y fácil y ojeando uno de los libros de cocina, apareció la receta de nuevo, me ha venido muy, muy bien porque no soy dada comer bizcochos que no lleven algun tipo de relleno de chocolate, asi que como estoy a dieta por los excesos veraniegos sabia que iba a probarlo pero podría reisitir la tentacion.
Eso si, en casa el bizcocho ha caido de pie, les ha gustado mucho.
Siempre que hago una receta nueva, me gusta indagar en su historia, parece ser que es originaria de la zona de Pensilvania que es gran productor de todo tipo de moldes y aunque no existe constatación escrita, se considera un derivado de la torta esponjosa de almidón de maíz, quizá por ello he encontrado recetas dispares por la red, unas con harina de trigo y otras con harina de maíz.
Se le llama Pastel de Ángel por su esponjosidad y textura ya que incorpora muchísimo aire y no lleva ningún tipo de gasificante ni levadura para que la masa suba, de ahí que sea tan etéreo. Ademas se recomienda no engrasar el molde.
Como curiosidad acerca de este bizcocho, se supone que era elaborado por los esclavos debido a la cantidad de tiempo que requería levantar tantas claras y sigue siendo un bizcocho típico en la comunidad afroamericana para las celebraciones post-funeral .
Bueno, os dejo con la receta que he hecho combinando las harinas
Ingredientes para molde Ángel Food 18 cm
9 claras de huevo, yo las he utilizado pasteurizadas
200 gr azúcar glas
50 gr harina de trigo
50 gr harina de maíz
1 cucharadita pequeña de cremor tártaro
Una pizca de sal
1 cucharadita de esencia de vainilla.
Modo de prepararlo
Precalentamos el horno a 170º con aire o 180º sin aire
Tamizamos las harinas juntas y reservamos. Tamizamos también el azucar y reservamos.
Ponemos las claras junto con la sal y el cremor tártaro en el bol y batimos a velocidad media hasta que este bien montadas, le vamos añadiendo poco a poco cucharadas de azúcar y seguimos batiendo.
Debe quedar un merengue muy uniforme y que forme picos.
Añadimos la esencia de vainilla y batimos de nuevo a velocidad baja, solo para integrarla.
A continuación, vamos añadiendo cucharadas de harina y batimos despacio para que se integre, no añadiremos la siguiente cucharada hasta que no este integrada la anterior.
Vertemos en el molde sin engrasar ni enharinar y colocamos al horno por espacio de 40 a 45 minutos dependiendo de cada horno. No abriremos la puerta bajo ningún concepto o el bizcocho bajara con el cambio de temperatura.
Cuando pasen los 40 minutos pincharemos con brocheta en la parte mas próxima al centro, si sale limpia, el bizcocho ya esta.
Particularidad para desmoldar el Angel Food Cake.
El molde de este bizcocho es fundamental, ya que al tener unas patitas y el cono central mas largo, permite que el bizcocho se enfríe prácticamente en el aire sin apoyar su peso sobre la base ya que esto daría lugar a que quedase más prieto y se hundiese por la parte que apoye. Por este mismo motivo, el molde no se engrasa ya que resbalaría al desmoldarlo.
Asi pues, al sacarlo del horno, le daremos la vuelta y lo apoyaremos sobre las patitas y el cono y esperaremos a que se enfríe, después con un cuchillo o espátula rigida, la pasaremos entre la pared del molde y el bizcocho y haremos lo mismo con la parte del cono, le damos la vuelta y ya esta.
Quedara pegada la parte superior, procederemos igual y quitaremos la pieza del cono.
Podemos tomarlo así directamente, espolvorearlo de azúcar, cubrirlo de chocolate fundido (Que tentación), o bien bañarlo con almíbar caramelizado.
Yo he optado por el almíbar caramelizado de limón y creo que no es la mejor opción ya que queda un tanto pegajoso, la próxima vez si no caigo en la tentación del chocolate directamente lo espolvorearé de azúcar, creo que es lo que mejor le va.
Espero que os haya gustado