Hace pocos meses tuve que mirarme al espejo, y reconocerme nuevamente, ya que por unos dias volví a ser una niña, que ya no le daba miedo montar en los caballitos, ni en la mayoria de las atracciones (aunque pasé verdadero pánico en la nueva atracción Nemo, pensé que era una especie de viaje al fondo del mar, casi me muero del susto), que aún creía en los personajes de Disney y que al pasear por el castillo de la bella durmiente estaba esperanzada en ver al principe besarla.
Pero los dias pasan rápido y gira el carrusel de la vida,y que en la feria de la realidad del dia a dia la vida sigue siendo una tómbola, de luz y de color, y al ritmo de la ton-ton-tómbola, merece la pena volver a la infancia y disfrutar como niños de los pequeños placeres y de las personas que amamos.
De pequeña lo que más me gustaba de la feria era comer coco, cuando en ésos puestos callejeros de “chuches” los vendían cortaditos y regándolos con agua fresca, hoy en dia mi marido ha hecho posible, por cuarta vez en mi vida que vuelva a mi niñez disfrutando en Disneyland, lo único que faltaban eran los trozos de coco.
Desde muy pequeñita me ha encantado su sabor, conforme ha pasado la vida, ése sabor no solo me recuerda a mi niñez, sino ya me trae sensaciones de oriente, sobre todo de Tailandia y como no sabores caribeños.
En ésta ocasión he preparado un bizcocho con coco, siguiendo estos pasos:
Precalentar el horno a 180º.
Batir 90 gramos de mantequilla con 75 gramos de azúcar hasta conseguir que quede cremosa y blanquecina.
Añadir, sin parar de remover, dos huevos grandes (uno a uno).
Sin parar de remover agregar un yogur de coco y mezclar bien.
Tamizar 200 gramos de harina (uso la que tiene levadura incorporada: bizcochona) con medio sobrecito de levadura (puse de la marca Royal), a fin de que quedara más esponjoso.
Mezclar bien e incorporar tres cucharadas soperas de coco rallado bien colmadas.
Engrasar un molde (yo suelo hacerlo con mantequilla), echar la masa y meter en el horno hasta que esté dorado (dependiendo del horno, aproximadamente unos cuarenta y cinco minutos).
Para probar si está bien hecho, ya saben, meter un palito y que salga seco.
Espolvorear con coco rallado, pasando previamente con una brocha una capa de azucar caramelizada rebajándola con un pelín de agua.
¡¡ Disfrútenlo como niños !!