Bon appétit amig@s,
Hace tiempo que tenía ganas de preparar este bizcocho. Me gustan sobretodo los bizcochos que no estén secos , no muy dulces y que contengan contrastes de sabores y este bizcocho reúne las 3 cosas.
¡Realmente delicioso!
En esta ocasión y con estos ingredientes preparé 2 bizcochos pequeños en moldes de 18 cm de diámetro cada uno en vez de uno grande. Y es que en casa solo somos 3 personas y además quería ofrecer uno a mi vecino que gentilmente me había regalado una bolsa llena de tomates de su huerta, tomates de los auténticos que saben a gloria.
Agradecida con todo, el resultado ha sido más que satisfactorio. Para guardar la receta y repetirla muchas más veces.
Ingredientes:
Para la masa:
330 gramos de harina
225 gramos de azúcar
1 sobre de levadura (16 gramos)
Pizca de sal
2 huevos
315 ml de leche
115 gramos de mantequilla
2 cucharaditas de vainilla
1 limón (ralladura y zumo)
500 gramos de mermelada de fresa
Para el glaseado:
200 gramos de azúcar glas
2-3 cucharadas de zumo de limón
Ralladura de 1 limón
Lo primero que haremos es reducir a la mitad nuestra mermelada de fresa. Para ello la calentamos en un cazo y la llevamos a ebullición bajo dejando evaporar el agua que lleva y que reduzca a la mitad. Remover de vez en cuanto y estad muy pendientes de que no se os queme. Dejamos enfriar del todo y reservamos.
Al momento de preparar la masa encendemos el horno para que se vaya calentando.
En un bol tamizamos la harina con la levadura y añadimos el azúcar y la pizca de sal. Mezclamos bien todos los ingredientes sólidos y a continuación agregamos los 2 huevos enteros, la mantequilla derretida, la leche y la vainilla. Con la ayuda de una varilla integramos todos estos ingredientes. Por ultimo añadimos la ralladura y zumo de un limón.
Vertemos la masa en nuestro molde bien engrasado y ahora le toca el turno a la reducción de mermelada de fresa que teníamos reservada.
La pasamos a una manga pastelera o bolsa y la vertemos sobre la masa formando un espiral.
Llevamos el bizcocho al horno precalentado a 180 grados durante unos 30 minutos.
Una vez horneado el bizcocho, lo dejamos enfriar bien antes de desmoldarlo.
Para preparar el glaseado mezclamos el azúcar glas con la ralladura de un limón y vamos añadiendo de 2 a 3 cucharadas de zumo. Removemos bien con la varilla para que quede un glaseado sin grumos y bien liso.
Lo vertemos sobre el bizcocho y dejamos secar.
Como hace tanto calor donde vivo yo lo guardé en la nevera y mejoro mucho tomarlo bien frío.
¡El contraste delicioso y super suave!
Bon appétit mama