Bizcochos hay muchos tipos, de muchos sabores y preparados con formas y colores muy diversos, y entrar en el mundo de estos dulces es tan apasionante como delicioso. Nosotros entramos hace ya un tiempo, y desde entonces nos encanta probar cada vez nuevas versiones y variedades, gustándonos mas unos que otros, pero todos con sus puntos fuertes y sus detalles interesantes.
Este que hoy tenemos ante nosotros, destaca sobre todo por estar preparado con una de nuestras frutas favoritas, como son las dulces mandarinas. Muchas veces hemos realizado bizcochos con frutas, como puedan ser las naranjas, pero con mandarinas no se nos había ocurrido.
Cuando vimos esta receta nos llamó tanto la atención que no dudamos en lo delicioso que debía estar, por lo que la realizamos en cuanto tuvimos un hueco. ¿Y el resultado? Pues para no romper la sorpresa, mejor os dejamos esa respuesta en vuestras manos, para que os animéis a cocinarlo y probarlo cada uno en vuestras casas. Sin dar mas vueltas, vamos tod@s a por los delantales y manos a la obra!
Ingredientes (molde silicona alargado - 8 personas):
2 mandarinas
150 gr de harina
150 gr de azúcar
3 huevos enteros y 1 clara
25 ml de aceite de girasol
1 cucharadita de levadura
Un pellizco de sal
Preparación:
Separamos las yemas de las claras. Las claras, las batiremos a punto de nieve junto con la mitad del azúcar y un pellizco de sal. Cuando las tengamos listas, las reservamos.
Rallaremos la piel de las mandarinas y sacaremos el zumo de ambas.
Mezclamos en un bol las yemas junto con el resto del azúcar hasta que blanqueen. Una vez esté bien mezclado, echaremos el aceite, el zumo de las mandarinas y su ralladura. Continuamos batiendo hasta que todo quede bien integrado.
Iremos echando poco a poco la harina junto con la levadura, todo tamizado, y batiremos de forma que nos quede al final una masa homogénea, sin grumos.
Echaremos las claras a punto de nieve y con movimientos suaves y envolventes, lo iremos mezclando, quedándonos finalmente una masa clara y con todo bien unido.
Precalentamos el horno a 180º arriba y abajo, dejando solo el calor abajo al meterlo.
Untamos un poco el molde con mantequilla (si el molde es de silicona no es necesario, aunque se puede hacer si queréis) y vertemos en el la mezcla.
Lo llevamos al horno y lo mantenemos unos 35 minutos, comprobando con un palillo o cuchillo que salga limpio al pincharlo.
Sacamos y dejamos enfriar.
Solo nos queda saborearlo y disfrutar de este sabor tan marcado y tan familiar en un bizcocho que seguro gustará a toda la familia.
Un saludo a tod@s y buen provecho!