No se si os he comentado alguna vez que estoy enamorada del otoño por los productos que nos ofrece gastronómicamente hablando. El color naranja y marrón predominan en sus productos: mandarinas, castañas, boniatos, calabazas, setas...todos nos ofrecen infinidad de recursos para cocinar.
Los bizcochos son de esas recetas que podemos hacer con cualquier ingrediente y esta vez tocaba usar las primeras mandarinas de mi suegro, una fruta que gusta mucho a los niños y que da mucho juego en estas fechas.
He tuneado la receta que publiqué ya hace unos años de bizcocho de naranja para conseguir este de mandarina. El resultado ha sido muy bueno, a mi me ha gustado muchísimo.
INGREDIENTES:
3 mandarinas
3 huevos
230 gr. de azúcar moreno
100 gr. de aceite de oliva suave
1 yogur natural
16 de gr. de levadura química
Azúcar blanca para espolvorear
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180º. Lavamos y rallamos la piel de las mandarinas, reservando la ralladura resultante. Pelamos las mandarinas y las trituramos, si tiene huesos los quitaremos antes, para aprovechar tanto la pulpa como el zumo de la mandarina. Ponemos en un bol y le añadimos los huevos y el azúcar, mezclamos. Después añadimos el yogur, el aceite y la ralladura. Por último tamizamos la harina y la levadura y añadimos con la ayuda de una espátula, mezclamos bien.
Engrasamos un molde tipo plum cake y vertemos la mezcla, espolvoreamos azúcar por encima de la masa e introducimos en el horno durante unos 45 minutos o hasta que al pinchar con una brocheta ésta salga limpia. Sacamos y dejamos unos diez minutos dentro del molde, después desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Nos quedará una textura húmeda gracias al zumo de la mandarina, por lo que, a diferencia de los bizcochos más secos, éstos, los húmedos, aguantan algún día más, aunque está tan bueno que yo creo que no os va a pasar del día.
Feliz jueves.
Lidia.