Bueno pues a lo que iba, yo creo que no había visto un membrillo en fruta hasta que me dí cuenta que en la finca de mis suegros tenían un par de árboles. Así que el otro día me dio por traerme unos para probar y hacer un bizcocho, porque es una fruta poco conocida tiene muchas cualidades como que aporta energía, baja la hipertensión, ayuda a cicatrizar heridas, protege de los resfriados (cosas que esta época viene bien), tiene fibra y Vitaminas A, C, B, protege la piel, ayuda a las funciones cerebrales y reduce el colesterol... vamos una joya bastante desconocida.
Lo más difícil de preparar este bizcocho es pelar y limpiar los membrillos, pero bueno como necesitamos 300 gramos vamos a necesitar unos 4-5 según tamaño.
Ya no os aburro más que he dado mucha información y supongo que haya que pensarla, yo dejo la receta por si os animáis porque está muy buena y al menos es algo distinta.
INGREDIENTES (molde 22 cm):
300 gr membrillo limpio y pelado
1 cda zumo limón
1 cda azúcar
180 gr azúcar
3 huevos
100 gr queso crema
80 gr Aceite Oliva
1 cta vainilla
1 cta canela polvo
300 gr harina
1 sobre levadura
azucar glass y canela para espolvorear
PREPARACIÓN:
Una vez tenemos los 300 gr de carne de membrillo lo ponemos con el zumo de limón y el azúcar tapamos y metemos al micro durante 10 minutos para cocerlo un poco, ya que si no queda bastante duro dentro del bizcocho y además nos aporta más jugosidad. Lo trituramos y reservamos.
Tamizamos la harina junto con la canela y levadura. Reservamos.
Batimos los huevos con el azúcar hasta que doblen, después agregamos el queso crema sin dejar de batir y el aceite en hilillo.
Ahora agregamos el membrillo picadito y mezclamos bien.
Ya sólo quedan los ingredientes secos, les incorporamos a la mezcla y mezclamos bien.
Vertemos sobre un molde previamente engrasado y con papel, y metemos en el horno precalentado a 180ºC durante 35-45 minutos, dependerá de hornos. luego sacamos y dejamos enfriar en el molde sobre rejilla.
Espolvoreamos azúcar glass y canela para decorar al gusto.
Fuente: este post proviene de Brujita en la cocina, donde puedes consultar el contenido original.
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