Si me hacéis ir a buscar regaliz al campo no sé con qué volvería. Desconozco cómo es la planta. En las tiendas de chuches de mi infancia, siempre había visto el regaliz como un palo seco de sabor peculiar, agradable, dulce, pero que te dejaba un ligero amargor en la boca. De regaliz también estaban hechas las famosas pastillas Juanola, que en 1906 inventó el farmacéutico barcelonés Manuel Juanola Reixach y que, según la publicidad, servían para calmar la tos y suavizar la garganta, cosa que ya habían descubierto los antiguos griegos y romanos. Las famosas cajitas redondas, las "juanolas", con un extracto de regaliz cortado en pequeños rombos no podían faltar en el bolsillo de la gente cuando se dejaban notar los primeros fríos.
Hoy me he dejado llevar por la nostalgia y mientras contemplaba unas fotos antiguas de familiares que se pierden en la nebulosa de la memoria, me he acordado del regaliz y he pensado hacer este bizcocho. Ni he comprado pastillas Juanola ni me he pasado por la herboristería a por palos de regaliz para hacerlo. He ido a lo práctico y he comprado un extracto de esta planta. Lo demás ha sido coser y cantar.
RECETA
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INGREDIENTES
1 yogurt griego.
3 vasos de yogurt de harina de repostería.
2 vasos de yogurt de azúcar.
½ vaso de aceite de oliva.
4 huevos.
Un sobre de levadura Royal.
2 cucharaditas de postre de pasta concentrada de regaliz.
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PREPARACIÓN
Mezclar todos los ingredientes con batidora o con varillas.
Poner la mezcla en un molde untado de mantequilla o espray.
Meter en el horno previamente calentado a 180º, durante 25 minutos, aproximadamente.
Comprobar con una brocheta si está hecho y dejar enfriar sobre una rejilla.