Supongo que es inevitable crecer y madurar, que nuestra personalidad evolucione con el camino al andar... Esa faceta de mí, me resulta complicado verla, será por eso de convivir conmigo durante tanto tiempo. Sé que han cambiado muchas cosas a lo largo de los últimos... veinte años (cawentó, que me hago mayor de verdad), pero me parece que eso lo tendrán que decir los que caminan a mi lado, o quizás aquellos de cuyo camino me separé hace tiempo... Pero yo cierro los ojos, y me veo igual. Igual que cuando tenía veinte años y me moría por comerme el mundo. Con las mismas ganas de vivir, de reír, de soñar, de disfrutar, de querer, de...
Siempre he oído aquello de que la juventud está por dentro, y quizás es ahora que la cuarentena se acerca peligrosamente cuando me doy cuenta de que es así, y de que si bien los años universitarios fueron años divertidos y muy locos (¡¡aquellos maravillosos años), a lo mejor es ahora mi momento, en el que sé disfrutar de la vida con la serenidad que aportan la edad y la experiencia (¿serenidad? ¿yo? no, eso no puede ser)... y si cierro los ojos, sigo siendo una cría de veinte años con ganas de zamparse toda cuanta experiencia nueva le cayese entre las manos.
Con esa filosofía nació esta mi casa 2.0, y con esta filosofía madura... La idea es disfrutar más y mejor de vuestra compañía, que esta mi casa bloguera sea más acogedora, que sigan haciéndoos reír las divagaciones de esta veinteañera que roza la cuarentena, y que sigáis metiéndoos entre mis pucheros y disfrutando con la cocina.
Para celebrar esta mi pequeña fiesta, nada mejor que un helado muy especial, que si os gustó el helado de nubes, este os va a hacer morir de amor. Un equilibrio de sabor para mi gusto perfecto, no es demasiado dulce, y tiene ese suave sabor a regaliz rojo, que es mi chuche favorita.
Helado de regaliz
Ingredientes:
150 g de leche {yo uso semidesnatada}.
150 g de azúcar blanquilla {si usáis azúcar invertido ponéis 35 g de azúcar invertido y 115 g de azúcar blanquilla}.
200 g de nata (crema de leche) para montar {35% materia grasa}.
50 g de regaliz roja.
Preparación:1. En un cazo ponemos la leche, el azúcar blanquilla y el azúcar invertido (si lo utilizamos) junto con la regaliz a fuego suave, hasta que la regaliz se haya deshecho. A mí me gusta dejarle unos trocitos minúsculos, para que sepa de qué está hecho, pero esto a vuestro gusto. Dejamos templar.
2. Mientras tanto, montamos la nata (crema de leche), con ayuda de unas varillas.
3. Cuando la mezcla de regaliz ya esté templadita, casi fría, la mezclamos con la nata montada (crema de leche), poco a poco, con movimientos envolventes, para que no se nos desmonte la nata (crema de leche).
4. Ponemos todo en un recipiente con tapa que pueda ir al congelador, y lo dejamos allí una hora. Al cabo de este tiempo, empezamos a removerlo bien, con una cuchara, cada media hora durante 3 o 4 horas, para evitar que se formen cristales de hielo, lo que nos endurecería el helado.
5. Finalmente dejamos en el congelador durante unas dos horas más, sin remover, para que el helado tome cuerpo, y sólo nos queda disfrutar de su dulce sabor.