El helado de menta y chocolate es sencillamente perfecto. Fresco, que no frío (aunque también, que para eso es helado). Con ese punto maravilloso del chocolate negro... Claro que a mis niños no les gusta el chocolate negro, así que hoy, y para no comerme yo sola el helado, les he puesto chocolate con leche. La esencia de menta, la conseguís en tiendas especializadas, aunque podéis sustituirla por algún licor de menta o pippermint, que además, al tener alcohol ayudará a que el helado quede más cremoso, ya que evita la formación de cristales de hielo. Pero entonces será un helado para los adultos, y a mis niños, que son más raros que un perro verde (de pippermint) les rechifla el helado de menta.
Fácil, facilísimo. Como todos los helados, que no os engañen, que se hacen estupendamente en casa sin necesidad de ningún utensilio especial. Si tenéis heladera, genial, a sacarle partido. ¿Y si no? Pues lo hacéis como yo, en un táper y al congelador. Sin complicaciones.
Helado de menta y chocolate
Ingredientes:
200 ml de leche {yo uso semidesnatada}.
200 ml de nata (crema de leche) para montar {35% materia grasa}.
100 g de azúcar blanquilla + 50 g de azúcar invertido.
2 yemas de huevo.
esencia de menta {la mía es hiperconcentrada, le pongo 4 ó 5 gotas}.
colorante alimentario verde y azul {aproximadamente 3 gotas de verde y 2 de azul}.
75 g de chips de chocolate {yo uso chocolate con leche, por los niños, pero con chocolate negro es soberbio}.
Preparación:
1. En un cazo pequeño poner a calentar la leche, el azúcar blanquilla y el azúcar invertido hasta que el azúcar se haya disuelto bien en la leche. Dejar templar.
2. Mientras, en un bol, batir las yemas de huevo, e ir añadiéndole poco a poco la leche templada, sin dejar de remover, para que las yemas no cuajen (si es que la leche aún está caliente). Mezclar bien y volver a poner en el cazo.
3. Llevar otra vez al fuego y, removiendo constantemente, calentar a fuego lento hasta que alcance un hervor muy suave y empiece a espesar. Adquiere la textura de unas natillas claritas, pero no debemos dejar que hierva demasiado. Dejar enfriar casi completamente. Cuando haya enfriado, le añadimos la esencia de menta y el colorante, teniendo en cuenta que al añadirle la nata montada (crema de leche) se rebajará el tono del color.
4. Montamos la nata (crema de leche) con nuestras varillas. Le vamos añadiendo la mezcla anterior, poco a poco, en tres o cuatro veces, y la mezclamos con una espátula, con movimientos envolventes, para que la nata montada (crema de leche) no se baje demasiado.
5. Una vez que está bien incorporado, vertemos en un recipiente con tapa que pueda ir al congelador y congelamos durante aproximadamente una hora. A partir de ese momento, vamos removiendo enérgicamente con una cuchara, cada 30-45 minutos, hasta que la mezcla esté bien mantecada y cremosa. Dependiendo del congelador nos llevará más o menos tiempo, pero contad al menos con 3 ó 4 horas.
6. Añadimos entonces los chips de chocolate, removemos para que se repartan bien por toda la mezcla. Cubrimos con un trocito de papel de horno para que el helado no coja escarcha, y reservamos en nuestro congelador hasta la hora de consumirlo.
Fuente de la receta: Cooking Classy